Sobre el canal de la Nueva Prosperina se instalan puentes que faciliten una evacuación. Foto: Francisco Flores/PARA EL COMERCIO
En caso de que el fenómeno de El Niño arremeta con fuerza en Guayaquil, y se deba evacuar a las familias de las zonas de riesgo, se tienen listos diez lugares habilitados como albergues.
Y si las afectaciones de la fuerza de la naturaleza desbordan la capacidad de esas instalaciones y se requieren evacuaciones masivas, nueve son las zonas seguras a donde la gente se podrá movilizar.
El Municipio de Guayaquil y su Dirección de Gestión de Riesgos y Cooperación tienen dividida a la ciudad, de 2,3 millones de habitantes, en dos zonas operativas en caso de inundaciones. Están identificados sitios seguros, entre ellos parques como: Samanes, El Fortín, Centro Cívico, Metropolitano, Estela Maris, etc.
Según Juan Ramírez, director Municipal de Gestión de Riesgos, el Municipio continúa con el levantamiento de información de las familias que se encuentran en zonas de riesgo.
Hace varios meses, la urbe tiene avanzado el nivel de coordinación tanto entre departamentos municipales como en entes públicos y privados.
El Comité Cantonal de Gestión de Riesgos está formado por 42 instituciones y todas las direcciones municipales. Estas, además, integran el Sistema de Comando de Incidentes que en Guayaquil maneja 17 protocolos de actuación, incluyendo las inundaciones.
El alcalde Jaime Nebot, quien preside el Comité, dice que hoy la ciudad está más preparada, y cuenta con mejor infraestructura de la que tenía cuando llegó El Niño en 1997 y 1998.
La Sala de Crisis funciona en la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil. Allí se puede observar a la ciudad a través de 950 cámaras.
Ramírez explica que la prevención frente a El Niño se trabaja en dos frentes. Uno es el Cabildo y sus direcciones con un trabajo inicial para mitigar los impactos. Otro es el que articulan las instituciones en el Comité de Riesgos, donde se activan ocho mesas temáticas que se reúnen cada 15 días.
Desde junio ya hay acciones concretas. Por ejemplo está la habilitación de diez Centros de Atención Municipal Integral (CAMI), ocho en el área urbana y dos en la rural (Posorja y Tenguel). Se los ha equipado con todo lo necesario para convertirlos en albergues, incluyendo instalación de duchas.
También, está el adelanto el Plan Preinvernal de Interagua. La concesionaria del servicio de alcantarillado hace la limpieza los canales en la urbe. Se hace énfasis en los sitios donde se han reportado las mayores inundaciones, especialmente de la vía Perimetral hacia el oeste. Están identificados unos 20 canales significativos. Recorren entre 4 y 8 km promedio.
Uno está en el El Fortín. Allí, en mayo del 2014, murieron ahogados dos niños que fueron arrastrados por la correntada junto a su casa, tras un torrencial aguacero. Según el Inamhi, esa fue la lluvia más fuerte de los últimos 14 años.
En el bloque 1, José Acosta vive junto a ese canal que ahora tiene maleza y poco flujo de agua. “En invierno sube bastante de nivel. Hasta ahora no han venido a limpiarlo”.
Cerca de allí Héctor Ocaña, morador hace 21 años, recuerda que en El Niño de 1997 “la correntada traía casas y árboles. El año pasado hubo algo parecido. Nos ofrecieron reubicarnos pero no han concretado nada”.
Otro sitio es La Ladrillera, en Flor de Bastión. La más grande afectación la vivieron unas 70 familias que, en enero del 2010, quedaron atrapadas por el desbordamiento del canal.
“Que vengan a limpiar estos canales antes de que empiecen las lluvias y nos inundemos”, reclamó Ana, una moradora de la Cooperativa Las Delicias.
En Nueva Prosperina, zona propensa a deslizamientos, en un trabajo con entidades del Gobierno, se logró reasentar a 220 familias en Socio Vivienda, hacia la parte baja del cerro.
En la décima etapa de esa zona, en el canal 86, ya se han colocado ocho puentes peatonales metálicos para evacuar a la población en caso una inundación. El Cabildo está instalando un total de 25 puentes en zonas populares del alto riesgo.