Redacciones Guayaquil, Cuenca y Sociedad
Encapuchados con las camisas del uniforme, un grupo de estudiantes se tomó las instalaciones del colegio Aguirre Abad, en el norte de Guayaquil. Parados en las rejas, lanzaron piedras a los policías que intentaban ingresar al lugar.
7 rectores removidos
El Ministerio de Educación ya ha removido de sus funciones a siete rectores de colegios. Tres son de Guayaquil: Instituto Vicente Rocafuerte, Experimental Aguirre Abad, Francisco de Orellana.
En Quito sacó del cargo a cuatro rectores: Técnico Sucre; Ligdano Chávez, Vicente Rocafuerte y Simón Bolívar.En Quito, colegios como el Luis Fidel Martínez, John Velk o la escuela República de Cuba tuvieron clases normales. Igual pasó con el colegio La Paz, en el centro. La inspectora, Elizabet Cueva, señaló que respaldan a la UNE, pero no suspenderán las labores.
En el mismo edificio funciona la escuela Aurelio Espinosa. Los niños de este centro trabajaron normalmente hasta el mediodía.
La protesta comenzó a las 10:00 y marcó el inicio de la tercera semana del paro de la UNE. Con gritos en contra del Gobierno, los alumnos se atrincheraron en uno de los patios. Afuera, algunos de sus compañeros observaban.
“Dicen que es para apoyar a los profesores. Desde las 09:00 los de sexto año comenzaron a reunir a los de otros cursos”, comentó un estudiante de tercer año, quien prefirió no identificarse. Adentro, los manifestantes tumbaron un cartel de la Dirección de Servicios Educativos (Dinse). La lluvia de piedras y palos no paraba.
Una columna de humo alertó a los gendarmes. En un instante, un grupo salió con una llanta en llamas. La Policía respondió con gases lacrimógenos. Una capa de restos rocosos cubrió la avenida Luis Cordero Crespo. El tráfico se interrumpió por casi dos horas y también hubo embotellamientos en la avenida De las Américas.
Cerca, en el colegio Técnico Simón Bolívar, la jornada fue irregular. Antes de las 11:00, algunos estudiantes rondaban los alrededores del plantel. Otros dejaron las aulas por asistir a la asamblea de la UNE, en la U. de Guayaquil.
Hasta allí llegaron acompañados por varios maestros. La mayoría prefirió taparse el rostro con pañuelos y camisas. En el auditorio, se unieron a los maestros que continúan en paro. También escucharon las últimas medidas que adoptará el gremio. “Estamos alistando varias marchas.
La de las cacerolas es una. También haremos una huelga de hambre y comenzaremos con el cierre de carreteras”, advirtió William Pazmiño, presidente de la UNE Guayas, quien fue detenido la semana pasada durante una marcha.
Pese a que el presidente Rafael Correa calificó a la paralización del gremio como un fracaso, la dirigencia lo niega. “De los 585 planteles que hay en Guayas, 390 han plegado al paro”, dijo Luis Chancay, presidente del grupo Vanguardia del magisterio.
Los altercados también llegaron al sur de Guayaquil. En el colegio Francisco de Orellana, otro grupo de estudiantes se enfrentó con la Policía. Cinco alumnos y un adulto fueron detenidos. Los jóvenes reclamaron por la salida de la rectora Germania Mestanza, quien fue removida por disposición del Ministerio.
Según la resolución, “la Rectora incitó a los maestros de su institución para que se sumen al paro convocado por la UNE e impidió que los estudiantes cumplan con sus actividades académicas”.
En Azuay, desde el 14 de septiembre cuando inició el paro indefinido, la participación del magisterio ha sido escasa. Ejemplo: ayer a la reunión de planificación para otra semana de huelga solo asistieron 100 maestros.
En Cuenca, los estudiantes de las escuelas Tres de Noviembre, Dolores J. Torres, Ezequiel Crespo, Miguel Ángel Estrella, entre otras, recibían clases normalmente. Y ese fue el reclamo que hicieron algunos maestros que participaron en la asamblea. “No podemos tapar el sol con un dedo. Este paro no le hace ni cosquillas al Gobierno. El Presidente (Correa) fue astuto al actuar con amenazas hacia nuestro sector”, precisó el profesor Humberto Tola.
Por eso se planteó que las reuniones se convoquen para la tarde, para que los maestros, que en la mayoría trabaja en la mañana, asistan sin el temor a ser sancionados. También que se dé apertura al diálogo con el Gobierno para hallar una salida a los problemas.
“No nos engañemos argumentando que el paro es un éxito como afirman los dirigentes nacionales”, mencionó otra maestra. Un pedido reiterativo que se escuchó fue que como una estrategia para dignificar la lucha, se dé una tregua al Gobierno.
Ayer, a diferencia de la semana anterior, no hubo protestas estudiantiles. Una veintena de chicos de los colegios Manuel J. Calle, Fray Vicente Solano y Febres Cordero siguen detenidos a la espera de ser sancionados por los daños ocasionados. Los alumnos quemaron un árbol patrimonial del céntrico parque Calderón y apedrearon los ventanales del edificio de la Gobernación del Azuay. También provocaron daños en la infraestructura del Teatro Carlos Cueva de la U. de Cuenca.
En Quito, las clases se desarrollan con normalidad. Verónica Guerrero acompañó a su hija de 8vo. de básica al colegio 24 de Mayo, pues tenía temor de que no haya labores, pero no fue así.
Asimismo, en la escuela Anexa Guayaquil, una docente explicó que las 856 niñas asisten a clases y que estas no se han suspendido. Similar escena ocurrió en el centro San Francisco de Quito