“Desde los 10 años tengo diabetes tipo 1. De seguro piensas que me dio por comer muchos dulces; ese un error común”, relató con inocencia Moisés. El pequeño contó brevemente la historia de su diagnóstico la noche de este miércoles 14 de noviembre del 2018, cuando se recuerda el Día Mundial de la Diabetes.
El pequeño explicó que debe usar insulina al menos cuatro veces al día, que continuamente debe pincharse los dedos para conocer sus niveles de azúcar en sangre y que nunca sale de casa sin su glucómetro, una máquina que da un resultado rápido de la glucosa.
Su discurso fue parte de una actividad organizada por la Fundación Aprendiendo a Vivir con Diabetes (Fuvida), el Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil y el Club de Leones Rocafuerte. El encuentro fue en el Malecón del Salado, donde la fuente interactiva del puente 5 de Junio se tiñó con luces azules.
Fuvida reúne a cerca de 300 niños y jóvenes con diabetes y a sus familias, capacitadas en educación y atención de la diabetes tipo 1. Desde el fin de semana han asistido a varios eventos enfocados en hacer conciencia sobre esta condición.
Aracely Basurto, presidenta de la fundación, recordó que hace un año la Asamblea Nacional aprobó una resolución que incluía la elaboración de una guía práctica sobre la diabetes y una evaluación para incluir las insulinas análogas en el Cuadro Nacional Básico de Medicinas.
El documento además solicitó que el sistema de salud provea los insumos para el control y la entrega de insulinas de última generación, así como la capacitación enfocada en los maestros para que sepan manejar los casos en el sistema educativo. “Lastimosamente, tras un año ninguno de estos puntos se ha cumplido”.
La diabetes tipo 1 o insulinodependiente se caracteriza por la producción deficiente de insulina. Por eso requiere la administración diaria de esta hormona. Sus síntomas pueden aparecer de forma súbita como: orina excesiva (poliuria), sed (polidipsia), hambre constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay 422 millones de personas con diabetes a escala global. Esto corresponde a una de cada 11 personas.
El azul es el color que identifica mundialmente a quienes luchan contra la diabetes. Como un homenaje, algunos monumentos de Guayaquil fueron iluminados de azul: La Perla, el Hemiciclo de La Rotonda, varias fuentes interactivas y el edificio The Point.
Antes de dejar volar un globo azul, Moisés pidió al Estado que se una a su dulce lucha. “Es necesario para mí, y para otros niños y niñas que vivimos con diabetes tipo 1, que el Estado nos provea de insulinas análogas, de tiras de medición y otros insumos que nos permitan vivir saludables y sin complicaciones. Para nosotros la insulina es vida”.