Supervisión responsable durante los paseos también es parte de la normativa. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
No hubo ladridos ni correteos. Obedientes, Blue, Brad y Rambita ocuparon las primeras sillas del Salón de la Ciudad del Municipio de Guayaquil.
En septiembre, estos perros rescatados se convirtieron en los primeros de su especie en pisar el sitio donde se debaten los estatutos para la ciudad, como la ordenanza de apoyo a la protección integral de los animales de compañía, emitida a fines de agosto.
El documento incluye prohibiciones, obligaciones (como la recolección de deposiciones, que será sancionada con USD 60 de no cumplirse), programas de protección, censos y tareas de rescate enfocadas en perros y gatos.
Tiene 14 artículos, ocho disposiciones generales, una final, una transitoria; y reemplaza a una ordenanza similar del 2004, que casi no se aplicó. El concejal Josué Sánchez, promotor de la iniciativa, cuenta que hasta finales de septiembre ya se registraron 20 sanciones por maltrato y falta de alimentación.
Si bien ya está en vigencia, el Cabildo aún ajusta mecanismos para garantizar su ejecución. Por ejemplo, está en trámite la creación de la Jefatura de Protección, que será parte de la Dirección de Salud Municipal y se prevé estará lista a fines de este mes.
“A través de esta jefatura se podrán ejecutar las quejas y peticiones, en especial las establecidas en los artículos 4 y 5 de la ordenanza”, comenta Vicente Taiano, secretario municipal. Estos artículos detallan las obligaciones de los propietarios y los actos prohibidos, que serán sancionados con el 10% de un salario básico.
La comercialización de animales en las calles es uno de los puntos fuertes. Se prohíbe la crianza y reproducción con fines comerciales.
Rambita, una de las invitadas al Salón de Ciudad, es una coker inglés de seis años. Maithe Verneuille la rescató de un criadero cuando era cachorra. “Su madre fue explotada. Tuvo varias camadas cuando las rescatamos y estaba en pésimo estado de salud. Muchos de estos animalitos sufren graves enfermedades y mueren; de ahí la importancia de esta ordenanza”, dice Verneuille.
La Policía Metropolitana actuará en estos casos. Xavier Narváez, director de Justicia y Vigilancia, indica que los uniformados serán capacitados para colaborar en el retiro temporal de animales que sean vendidos en las calles.
Estos serán trasladados a refugios, con los que se llegarán a convenios (en la ciudad solo hay dos y son privados). Por ahora, la Municipalidad espera la respuesta a un oficio enviado al Ministerio de Salud Pública para contar con su aporte en los operativos.
“Desde el 2004 se aplicaba el retiro, pero existía un vacío legal. Entonces llegaba el propietario, se aplicaba una multa y luego se le devolvían los animales. Ahora es una infracción y podemos recurrir a los albergues”, explica Narváez.
La ordenanza animalista además da paso al censo y al registro de animales. El concejal Sánchez asegura que el censo servirá para emprender campañas de esterilización masivas. Desde enero del 2017 planifican esterilizar a 5 000 perros y gatos en la ciudad. El registro, en cambio, está orientado a mascotas y propietarios.
Las cifras de la cantidad de animales en la ciudad no son del todo claras. Entre marzo y mayo pasado, el Ministerio de Salud vacunó a 30 086 mascotas. Pero se calcula que hay cerca de 200 000 animales abandonados en las calles.
Para reflejar el impacto de los abandonados, Viviana Vásconez, presidenta de la Fundación Rescate Animal, recurre a estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. Según ese organismo, en los países de bajos ingresos hay dos animales abandonados por cada persona. “Creemos que la política pública es una vía para cambiar esta realidad. Solo debemos participar de la ordenanza como ciudadanos”.
Rescate Animal es una de las fundaciones que incentivó la ordenanza. Hace cuatro años trabaja con voluntarios que dan hogar temporal a los rescatados mientras siguen un tratamiento hasta la adopción. Por ahora son 70 activistas y han rescatado a 1 500 animales.
En contexto
En la ordenanza también se compromete al mismo Municipio de Guayaquil en el apoyo a los programas de prevención de enfermedades y de control de la reproducción de perros y gatos, de manera directa o a través de otras instituciones privadas.
Algunos puntos claves de la normativa
Obligaciones para los dueños de mascotas. El artículo 4 pide a los titulares de los animales de compañía tener el número de mascotas que pueda alojar de acuerdo a principios de bienestar animal. Debe garantizar su alojamiento adecuado, mantenerlos en buenas condiciones físicas, psíquicas y fisiológicas.
Comercialización de animales de compañía. Impide criar, reproducir o vender animales en establecimientos que no cumplan con los parámetros de bienestar animal. En ambos casos, la multa equivale al 50% de un salario básico unificado, y si hay reincidencia será de un salario básico.
Registro y censo de mascotas. El censo permitirá contar con cifras para las campañas de esterilización. Para ese fin se creará una unidad móvil que se trasladará por la ciudad. Con el registro se otorgarán credenciales de identificación para acceder a ciertos beneficios, como acceso a parques, descuentos y otros incentivos.
Bienestar a terceras personas. También se establece como obligación de los dueños el recoger las deposiciones de animales de compañía en sus paseos por las veredas, caminos, vías y espacios públicos en general. Estos deben ser arrojados en sitios específicos.
Actos prohibidos contra los animales. El artículo 5 establece que no se debe provocar daño o sufrimiento a los animales, abandonarlos en lugares públicos o privados, no permitir que deambulen sin supervisión responsable, no mantenerlos en espacios antihigiénicos, ubicarlos en habitáculos aislados, no encadenarlos o atarlos, no practicarles mutilaciones innecesarias, entre otros.