Redacción EL COMERCIO
Una nueva era empezó para Grupo EL COMERCIO. El viernes pasado, las unidades de impresión de la nueva y moderna rotativa Manroland funcionaron por primera vez ante la presencia de unas mil personas, entre directivos, empleados y ex colaboradores de la empresa.
El papel blanco se tiñó de colores y en segundos los primeros ejemplares de ‘La Reina’, como se bautizó a la máquina de impresión alemana, de 14 metros de alto y de 200 toneladas, salieron a la luz. Según contó doña Guadalupe Mantilla de Acquaviva, directora de este Diario, ‘La Reina’ (modelo Uniset) fue el nombre de la compañía de coches a caballo que en 1906 fue comprada por su abuelo -Carlos Mantilla Jácome-. En ese tiempo, Quito no tenía luz, agua, ni teléfono; las carrozas eran el único medio de transporte hasta la llegada del automóvil.
103 años después, esta visión emprendedora es la esencia de la moderna rotativa.
“En un momento difícil de la economía mundial y de incertidumbre por las transiciones en la economía nacional, Grupo EL COMERCIO, con fe en el Ecuador, monta una nueva planta industrial, para asegurar la producción de sus diarios y así entrar de lleno en la impresión de revistas, libros y otros productos para el mercado nacional e internacional”, destacó Andrés Hidalgo, presidente ejecutivo.
Tras 9 meses de intenso trabajo, el sueño es una realidad. Para Carlos Mantilla Batlle, gerente del proyecto, fue difícil trabajar en la obra por el alto nivel de agua acumulada en el suelo.
“La máquina reposa sobre una losa de cimentación de 900 toneladas. Esta se ancla al suelo sobre unos pilotes de hormigón, que sostienen las 900 toneladas de la losa y 200 del equipo”. Rubén Darío Bedoya, párroco de San Bartolo, bendijo la maquinaria y sus instalaciones.
Fabrizio Acquaviva Mantilla, presidente del Directorio, y su hija, Estefanía, cortaron la cinta azul, en medio de los aplausos. “La industria es el corazón del desarrollo de este país, este Diario es y seguirá siendo una parte histórica de ese desarrollo, expresó emocionado Fabrizio Acquaviva”.
Muchos no pudieron ocultar su emoción, entre ellos alrededor de 200 jubilados y ex empleados, que fueron invitados al histórico acto.
“Estamos muy orgullosos de esta institución. Que EL COMERCIO siga adelante, a la vanguardia de la comunicación”, dijo Iván Becerra, presidente de la Asociación de Jubilados, quien aportó 35 años de trabajo en la empresa capitalina.
Sus ojos se humedecieron al recordar a Jorge Mantilla Ortega, quien fue su amigo y jefe. Con él, hace 36 años, un sábado de marzo de 1973, tras cerrar la edición dominical en las oficias de las calles Chile y Benalcázar, ayudaron a trasladar los equipos hasta el sur de la ciudad, en San Bartolo, donde hasta la actualidad funciona este Diario.
“Nos sentimos orgullosos de haber aportado con un granito de arena, de haber trabajado en una compañía que siempre nos valoró. Gracias a esta empresa sacamos adelante a nuestras familias”, dijo Luis Ramos, jubilado en 1996. (35 años en la empresa). Así, Grupo EL COMERCIO inicia una nueva etapa en la cual espera brindar un mejor servicio a todos sus lectores y a la sociedad ecuatoriana.