Redacción Guayaquil
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Sus 16 facultades ofrecen 73 carreras distintas. Solo el año pasado registró 69 627 estudiantes matriculados. De sus aulas han salido miles de profesionales, médicos y una galería de 19 presidentes que cubre las paredes de la Facultad de Jurisprudencia.
Por eso, la Universidad de Guayaquil fue la primera opción de estudios para Jonathan Lema. El pasado lunes, el joven de 18 años llegó a inscribirse en el preuniversitario de Derecho, pero se encontró con una larga fila.
“Los cupos son reñidos, pero no pierdo la esperanza de entrar al pre”, contó mientras observaba a los estudiantes que recorrían los pasillos con sus maletines.
Con el cambio de hora, cientos de jóvenes entraban a los salones de la Facultad de Medicina, una de las escuelas más numerosas con 9 396 alumnos. Con sus mandiles blancos, los chicos se alistaban para otra clase.
En medio del trajín, Andrea Vargas, de 21 años, llegó en busca de uno de los 150 cupos para el pre de invierno, que se sortearon el pasado jueves. Esa es la opción que tomaron las autoridades debido a la alta demanda.
Después de tres años de intentos, Andrea alcanzó su matrícula. Junto a ella, Adriana Bravo cruzaba los dedos. El movimiento de sus pies denotaba su ansiedad. Al final, cuando escuchó su nombre, respiró. “Toda la vida he querido estudiar medicina”.
Pero no todos tuvieron suerte. Verónica Lindao no podía parar de llorar. Pese a que madrugó varios días para poder inscribirse, no salió en el sorteo. “No es justo. Este era mi sueño. Cómo pueden decir que la educación es de todos cuando no es cierto”.
El subdecano de Medicina, Camilo Morán, dice que la facultad vive un conflicto. El aula más moderna tiene 38 años de haber sido construida. Y los laboratorios tienen más de 40. “Hubiera sido bueno que con la gratuidad vengan 300 profesores más y tres pabellones de 100 aulas”.
Y aunque la Ley exige un maestro por cada 40 alumnos, Morán asegura que en Medicina hay uno para 130 estudiantes.
Algo similar ocurre en otras facultades, como Ingeniería Química. Aunque era una de las últimas en la fila, Noemí Del Rosario no perdía la esperanza de alcanzar uno de los 500 cupos para Gastronomía. Ahí la inscripción para el pre solo se dio el lunes.
En la Facultad de Ciencias Administrativas se inscribieron casi 8 000 estudiantes. Muchos se quedaron sin cupo. Y en Odontología solo se aceptaron 800 inscripciones, por lo que cerca de 500 jóvenes quedaron fuera.
El vicerrector académico de la U. Estatal, José Apolo Pineda, indica que la desesperación de los estudiantes es solo uno de los problemas de la gratuidad. La limitada infraestructura y la falta de docentes son otras falencias.
“Si la cifra de alumnos sigue creciendo, la necesidad aumenta en cuanto a docentes, aulas, laboratorios. Y la asignación que nos da el Estado es la misma que recibimos desde 2008”.
En ese año, cuando se aplicó la gratuidad, la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) elaboró un estudio para fijar un valor por estudiante. El análisis reflejó que el costo sería USD 275 por año. Ese es el valor que siguen recibiendo.
El director financiero Raúl Vargas, señala que la cifra es insuficiente. “Un año en Economía cuesta USD 3 600 por estudiante. Pero eso no nos da el Estado”.
Para este año, el presupuesto que requiere la Estatal es de USD 146 589 528. El monto de autogestión, que el Estado debió asumir con la gratuidad, es de USD 49 millones. Pero el valor asignado para 2010 es igual al de 2008: USD 21 791 460,60.
“Calculamos que este año tendremos 98 000 estudiantes, con el pre. Es seguro que vamos a tener un déficit que se reflejará al momento de pagarle a los docentes y al personal”, dice Vargas. En esta semana, Senplades pidió un informe sobre el costo por alumno, según cada carrera.
Los encargados del área financiera recopilan datos sobre costos de maestros, personal, uso de servicios básicos y laboratorios.
Testimonios:
Ma. Fernanda Riera / Bachiller
‘Intenté en dos ocasiones y al fin logré un cupo’
Es la segunda vez que intento un cupo. Vine a averiguar desde el año pasado para inscribirme pero nada. Cuando abrieron las inscripciones me encontré con la sorpresa de que iban a sortear los cupos. Por fin salí sorteada. Espero estudiar Dermatología o Traumatología.
Lisette Neira / Bachiller
‘Tendré que hacer un curso o trabajar’
No salí sorteada y me decepcioné mucho. Ahora me toca seguir un curso y meterme a trabajar para no perder el tiempo. Siempre tuve la ilusión de seguir Licenciatura en Enfermería, mi anhelo es ayudar a la gente. Aquí tuve que madrugar, pasar mala noche, pero fue por gusto…