La Gran Depresión en Ecuador

Productores de cacao se reunieron con un funcionario del Gobierno en 1920, cuando la plaga la escoba de bruja asoló los cultivos manabitas. Pidieron ayuda al Régimen. Foto: Fondo Nacional de Fotografía

Productores de cacao se reunieron con un funcionario del Gobierno en 1920, cuando la plaga la escoba de bruja asoló los cultivos manabitas. Pidieron ayuda al Régimen. Foto: Fondo Nacional de Fotografía

El cacao ecuatoriano fue afectado en la década de 1920 por las plagas monilla y escoba de bruja. Foto: Cortesía Fondo Nacional de Fotografía

La pandemia del covid-19 está generando la mayor crisis económica en la historia moderna, solo comparable con la Gran Depresión del siglo pasado, cuando en octubre de 1929 la Bolsa de Nueva York se hundió abruptamente y borró de un plumazo la bonanza de los años 20 en Estados Unidos.

El ‘crack’ bursátil de aquella época fue de tal magnitud que contagió al resto de países, porque la economía estadounidense representaba cerca del 45% de la producción total del mundo, señala el académico Marco Naranjo. “Durante la Gran Depresión bajaron en un 40% las corrientes comerciales y financieras internacionales y se declararon inconvertibles la mayor parte de las monedas de los países”.

La crisis duró prácticamente toda la década de 1930, lo que, según varios autores, fue un detonante para la Segunda Guerra Mundial.

En la actualidad, la pandemia del covid-19 ha sorprendido al planeta, que en pocos meses ha sido capaz de parar la globalización y poner al planeta en cuarentena, con efectos desastrosos para la economía.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una recesión mundial del 3% este año, que pudiera ser mayor si el retorno a la nueva normalidad demora por la aplicación de las medidas de confinamiento.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó esta semana que la pandemia conducirá a la peor contracción económica que haya sufrido la región, con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 5,3% este año. Para encontrar una contracción de magnitud comparable hace falta retroceder hasta la Gran Depresión de 1930, cuando la caída en la región fue del 5%, o se puede ir más atrás (1914), cuando la Primera Guerra Mundial se tradujo en una recesión del 4,9%.

Si bien la Gran Depresión tuvo efectos devastadores en el mundo, el impacto fue menor en Ecuador comparado con otros países de América Latina, pero al mismo tiempo al país le tomó más tiempo recuperarse, señala Christian Naranjo Navas, autor del libro Ecuador frente a la crisis internacional, 1927-1937, publicado en marzo del 2018.

Cuando ocurrió el ‘crack’ económico en Estados Unidos, en 1929, Ecuador era un país básicamente agrícola, con una población de 2,2 millones de habitantes y un 85% de ella viviendo en el sector rural, básicamente en la Sierra.

El principal producto de exportación era el cacao y la industria manufacturera del país estaba liderada por la producción de azúcar, que representaba el 40% del total de productos manufacturados transportados por el ferrocarril. Y el segundo producto de importancia eran los derivados de petróleo, provenientes de Santa Elena, donde operaba la compañía Anglo.

La institucionalidad de aquella época empezaba a construirse. La revolución Juliana, en 1925, dio paso a una serie de reformas para crear varias instituciones como la Contraloría o la Superintendencia de Bancos. También nació el Banco Central del Ecuador (BCE), en 1927, como resultado de la Misión Kemmerer, que había llegado al país un año antes con el objetivo de modernizar el Estado y reestructurar el sistema bancario. Esa fue una de las metas del presidente Isidro Ayora, al asumir el poder en abril de 1926.

El 11 de febrero de 1927, la Misión Kemmerer presentó al Gobierno el Proyecto de Ley Orgánica del Banco Central del Ecuador. El 4 de marzo, el Presidente suscribió la ley y el 10 de agosto el BCE inició sus operaciones.

Productores de cacao se reunieron con un funcionario del Gobierno en 1920, cuando la plaga la escoba de bruja asoló los cultivos manabitas. Pidieron ayuda al Régimen. Foto: Fondo Nacional de Fotografía

Con la creación del Central se dejó atrás la época en que los bancos particulares podían emitir billetes, lo que también se tradujo en una emisión descontrolada de circulante, seguida de devaluación de la moneda y déficits fiscales.

Edwin Kemmerer era considerado una autoridad internacional en temas económicos. De 1919 a 1930, la Misión Kemmerer asesoró a los gobiernos de Guatemala, Colombia, Chile, Ecuador, Bolivia y Perú, dando origen a la aparición de los bancos centrales.

Christian Naranjo cuenta en su libro que la influencia de Kemmerer era muy fuerte en el gobierno de Ayora, lo que se tradujo en una serie de medidas que apuntaron a sostener la estabilidad fiscal y monetaria, para lo cual estableció el denominado ‘patrón oro’.

Los objetivos iniciales del Banco Central eran estabilizar y unificar la moneda. Y para lograrlo, se valió del ‘patrón oro de cambio’, un régimen monetario que fijaba el precio de la moneda oficial, el sucre, en términos de oro. “La obligación básica del BCE consistía en mantener fijo ese precio”, señala el Banco Central en su página web institucional.

Esta convertibilidad forzosa coincidió con la Gran Depresión de 1929, que obligó a decretar una moratoria de pagos en febrero de 1932.

A partir de entonces, Ecuador comenzó a aplicar políticas expansivas de gasto público para contener la crisis, lo cual derivó en déficits fiscales que fueron cubiertos por créditos del Banco Central. Eso se tradujo en devaluaciones de la moneda nacional y pérdida del poder adquisitivo del salario.

El historiador Enrique Ayala Mora cuenta que, a raíz de la Revolución Juliana de 1925, el país entró en una etapa crítica que duró dos decenios, debido a la crisis global y al descalabro de la producción y la exportación cacaotera, que era el sostén del comercio exterior. Sin embargo, también aparecieron las primeras organizaciones sindicales, que influyeron en la promulgación del Código del Trabajo, en 1938.

El escenario económico de aquella época no estás muy lejano de lo que ocurre actualmente en el país, con una economía dependiente de un producto de exportación, el petróleo, cuyo precio ha caído en el mercado internacional y está afectando las finanzas públicas y la economía nacional.

Asimismo, hoy rige la dolarización, un sistema que anula cualquier intento de los gobiernos por devaluar la moneda, como ocurrió con el ‘patrón oro’ mientras estuvo vigente.

Y como sucedió en 1932, Ecuador está hoy a punto de caer en una moratoria de pagos de su deuda, debido a la crisis mundial por la pandemia.

Lo que marca la diferencia entre la situación actual y lo que ocurrió en la Gran Depresión es el crecimiento de la economía. Se calcula que el PIB de Ecuador caerá este año entre 7 y 8%, superior la debacle de 1999, cuando la mitad del sistema financiero quebró y la economía se contrajo 4,7%.

Pero según Naranjo, en los peores años de la Gran Depresión, la economía ecuatoriana no se contrajo, excepto en 1937, cual el PIB cayó 1,8%.

Sus investigaciones revelan que sí hubo una desaceleración económica, pero el país siempre creció durante el período 1927-1936.

También aclara que las políticas adoptadas por Ecuador tuvieron dos momentos. El primero fue hasta 1932, cuando Ecuador sufrió los embates de la crisis internacional y Gran Bretaña abandonó del ‘patrón oro’ en septiembre de 1931. En ese período, las políticas apuntaron a mantener el ‘patrón oro’ y fijar el tipo de cambio en cinco sucres por dólar. La inflación fue incluso negativa y en términos reales, el PIB creció un 0,6%, pero positivo.

En la segunda etapa, a partir de 1933, las políticas se relajaron, el Banco Central empezó a emitir más dinero para financiar a los gobiernos, la inflación aumentó y comenzó una devaluación que llevó al dólar a cotizarse en 14 sucres en 1940.

Y si bien el país creció entre el 2 y 3% hasta 1936, América Latina se recuperó más rápido y lo hizo entre el 3 y 15%.

La crisis económica de los años 30 también generó inestabilidad política, al punto de registrarse 12 gobiernos entre 1929 y 1938. Por eso, la recesión que vive hoy el país pudiera hacer que la historia se repita y empiece otra crisis política.

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