Grafitis que tildan de “dictador” al presidente de Nicaragua y candidato a la reelección, Daniel Ortega, aparecieron el miércoles 3 de agosto de 2016 en las fachadas de instituciones públicas y propiedades privadas de la ciudad de Estelí, al norte del país.
“Ortega dictador” y “no voto“, fueron los mensaje más repetidos en las pintas, escritas en paredes de iglesias, instituciones estatales y en viviendas de funcionarios públicos.
Los grafitis fueron hechos un día después de que Ortega presentó a su esposa, Rosario Murillo, como la candidata a la vicepresidencia de Nicaragua en las elecciones de noviembre próximo, en las que busca un cuarto mandato y tercero consecutivo, sin la participación de la principal coalición opositora.
Miembros del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) mandaron a limpiar las pintas en la ciudad.
Estelí, a 149 kilómetros al norte de Managua, es una de las ciudades símbolo de la revolución popular sandinista que derrocó con las fuerzas de las armas a la dictadura de los Somoza en 1979.
El 6 de noviembre próximo los nicaragüenses elegirán a un nuevo presidente, vicepresidente, 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.
El principal bloque opositor, que no participará en las elecciones golpeada por una serie de fallos, considera que los comicios de noviembre serán una “farsa” en la que Ortega se validará gracias a la complicidad del resto de partidos minoritarios que sí competirán con el sandinismo, favorito según los sondeos.