Con un apretón de manos se cerró una virulenta campaña de las elecciones presidenciales que celebra este domingo Colombia.
Fue en el único debate a cinco voces que presentó el jueves RCN.
Eran los últimos minutos de la actividad proselitista, salpicada, como nunca, de denuncias y campaña sucia. Esa estrategia se evidenció entre las huestes de antiguos amigos y aliados: Santos y Uribe.
El Presidente en funciones y que busca la reelección y el senador que más lo fustiga, el ex Presidente de cuyo gabinete Santos fue figura pretérita. Uribe es el símbolo pero Oscar Iván Zuluaga es su candidato presidencial.
Las encuestas marcaron cambios decidores en las últimas semanas al calor de la campaña sucia y tremendas denuncias como una supuesta financiación del narcotráfico a la campaña de Santos y videos indiscretos de conversaciones no santas de Zuluaga con un oscuro operador.Santos tenía una ventaja holgada sobre Peñalosa.
Pero Zuluaga entró por la tranquera y esta semana tres de cuatro encuestas lo ponían dos puntos arriba del Presidente. Mientras, el buen exalcalde Peñalosa (Verde) cultivó una imagen acreditada pero su atildamiento no contagió euforias ni adhesiones, en las encuestas, salvo mejor criterio que los votantes pueden expresar hoy. Marta Lucía Ramírez representa al tradicional Partido Conservador cuyos votantes probablemente se irían con Zuluaga en la segunda vuelta, si todavía no se han ido.
Por la izquierda está Clara López (Polo) con una siempre respetable minoría.Solo falta que esas encuestas se confirmen. De ser así la polarización habría favorecido a Santos y a Zuluaga (Uribe).
Caso contrario habría un cambio de última hora si es que acaso los colombianos se hastiaron de la campaña sucia.Lo que se viene es un debate de fondo. La tesis del Presidente y su empeño en sellar la paz con los guerrilleros terroristas de las FARC, o la tesis contraria del uribismo de no ceder ante ese escenario.