Gonzalo Criollo: 'No hubo ni ganadores ni perdedores tras las protestas del Colegio Montúfar'

Gonzalo Criollo fue separado temporalmente del Colegio Montúfar, luego de las protestas estudiantiles registradas en febrero pasado. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

Gonzalo Criollo fue separado temporalmente del Colegio Montúfar, luego de las protestas estudiantiles registradas en febrero pasado. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

Gonzalo Criollo fue separado temporalmente del Colegio Montúfar, luego de las protestas estudiantiles registradas en febrero pasado. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

Desde septiembre, Gonzalo Criollo irá a la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. El último año de secundaria le cambió la vida como presidente del Consejo Estudiantil del Colegio Montúfar, tras enfrentar la separación temporal de su establecimiento, luego de las protestas estudiantiles registradas en febrero pasado.

Para Criollo, el conflicto que se generó con el Ministerio de Educación, por la reubicación de varios profesores, no dejó ganadores ni perdedores. “Lo que todo eso nos dejó fue experiencia. Con el tiempo veremos si lo que nos queda es un grato o ingrato recuerdo”, contó.

El recuerdo que más le conmueve de su regreso al colegio, después de que tomó la opción de disculparse con una policía herida tras las protestas, fue el de las palabras que intentó dirigir a sus compañeros por pedido de una profesora. “Me pidieron que, a manera de nueva bienvenida, me presente con unas palabras. Ni siquiera pude decirlas. Se me ahogó la voz y un compañero empezó a aplaudir sin que yo hubiese dicho algo”, dijo.

El colegio que dejó por cerca de dos meses no fue el mismo que encontró a su regreso. “En el ambiente se sentía miedo. El colegio estaba intervenido y quisieron impedir que se cumplan varias de las propuestas que, como Consejo Estudiantil teníamos”.

El último “guiño” que le hizo al Gobierno fue el día de su graduación. En esa oportunidad se sacó una fotografía con una leyenda que aludía a su logro académico con la petición de que se lo hagan llegar a Augusto Espinosa, ministro de Educación. “Espero que le haya llegado el mensaje”, bromeó.

Gonzalo ahora está concentrado en un proyecto personal. Esta última época la ha dedicado al estudio del feminismo. Dentro de los temas sociales es lo que ahora le convoca. “Estoy organizando un proyecto que se llama ‘Cachas que está Mal’. Es sobre todo un llamado a la conciencia sobre los llamados micro machismos. Por ejemplo, cómo en las relaciones sociales se normaliza cuando le dices a un pana ‘abre la puerta como hombre’ o ‘no llores como nena’. Después uno dice no soy machista. Sin embargo, sí, lo eres”.

Criollo no dejará la militancia en causas sociales. Desde ya se interroga sobre cómo funcionará la organización estudiantil en una universidad privada. Él decidió seguir Economía porque le gusta la carrera, más no porque tenga claro qué estará haciendo en el futuro.

La mayor lección después de su ‘roce’ con el poder es clara: “La disciplina no implica sumisión”.

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