Quito, Reuters
Ecuador dijo hoy que utilizará la fuerza pública para controlar el uso de energía eléctrica en empresas y comercios en todo el territorio y así evitar un colapso de su sistema, en medio de los esfuerzos del Gobierno para importar electricidad.
El presidente Rafael Correa declaró una emergencia eléctrica el mes pasado en el país debido a una dura sequía que provocó una crisis en sus centrales hidroeléctricas y tuvo que recurrir a racionamientos de hasta ocho horas diarias.
En las últimas horas, el racionado abastecimiento de energía se vio amenazado por la reducción en los caudales de la mayor central hidroeléctrica del país, Paute, que alcanzaron sus niveles mínimos, y a la demora en la puesta en marcha de centrales térmicas.
“La primera sanción directa, si es que se quiere, será que los técnicos de las empresas en conjunto con la Policía procederán a quitar el servicio de la energía a esas empresas que estén haciendo el mal uso de la energía”, dijo a periodistas el ministro encargado de Electricidad, Miguel Calahorrano.
Los operativos buscan suspender automáticamente la energía en empresas y locales comerciales que utilicen electricidad del sistema nacional, cuando Correa dispuso que deben atender su demanda con generadores propios.
El Gobierno espera cubrir unos 4 000 megavatios por hora (mgw) al día de demanda de energía. Los racionamientos de electricidad han provocado malestar entre los ecuatorianos, quienes desde hace una década no soportaban los temidos apagones y está sumando pérdidas en el sector comercial y productivo.
El Gobierno ha recurrido a la energía térmica para abastecer la demanda del país, pero los esfuerzos no han sido sufrientes para suspender los cortes de energía antes de las fiestas de Navidad como ofreció el mandatario.