El Gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia aprobaron una hoja de ruta de nueve puntos en el inicio de una nueva mesa de negociaciones. Foto: EFE
El gobierno de Daniel Ortega y la alianza opositora reanudaron este jueves, 28 de febrero del 2019, las negociaciones para intentar encontrar una salida a la grave crisis que vive Nicaragua en un clima de secretismo, luego de que la víspera las partes definieran una hoja de ruta.
En la primera sesión, las partes acordaron 9 de 12 puntos “fundamentalmente relacionados con aspectos prácticos de funcionamiento para que la negociación se pueda dar sobre bases serias y transparentes”, explicó en Twitter la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD).
Este jueves avanzarán en “la consolidación” de los procedimientos de las negociaciones, a las que asisten en calidad de testigos el cardenal Leopoldo Brenes y el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag.
Se desconoce, sin embargo, el contenido de las conversaciones que la delegación del gobierno, encabezada por el canciller, Denis Moncada, y la Alianza, presidida por el exdiplomático Carlos Tünnermann, desarrollan a puertas cerradas en la sede del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), en Managua.
La presencia de garantes internacionales “sigue siendo una exigencia” de la alianza, declaró Tünnerman a periodistas al ingresar al INCAE, dejando entrever discrepancias sobre ese punto en el arranque de las pláticas.
“Todas las negociaciones exitosas han pasado por procesos incluso totalmente privados”, argumentó Ortega el 21 de febrero cuando anunció la disposición de volver a la mesa de negociación con el bloque opositor, integrado por empresarios, estudiantes y organizaciones civiles.
Bajo esa premisa, el diálogo se efectuó a puertas cerradas, sin acceso de la prensa a los participantes y sin información del contenido de las negociaciones.
Ante la andanada de críticas por el secreto de las reuniones, el bloque se comprometió a “hacer público todos los puntos de negociación tan pronto los tengamos acordados”.
El acercamiento tiene lugar ocho meses después de la suspensión de las primeras negociaciones mediadas por la Iglesia católica del país, convulsionado entonces por violentas protestas antigubernamentales, que Ortega atribuyó a un intento de golpe de Estado.
Las protestas estallaron el 18 de abril contra una reforma al seguro social que luego evolucionó en una demanda de salida de Ortega por la represión que ejerció contra los manifestantes, que dejó 325 muertos, más de 700 detenidos y miles de exiliados.
Ortega, un exguerrillero de 73 años que gobierna desde 2007 junto a su esposa y actual vicepresidenta, Rosario Murillo, accedió a negociar en medio de una profunda crisis económica y fuertes presiones por parte de la OEA, Estados Unidos y la Unión Europea.