El vicepresidente Jorge Glas ha denunciado que existe una persecución política. Foto: Archivo/EL COMERCIO
En la vida republicana del Ecuador, nunca antes un vicepresidente en funciones había sido apresado, como ocurre actualmente con Jorge Glas.
El antecedente más cercano es el de Alberto Dahik, compañero de fórmula de Sixto Durán Ballén para el periodo 1992-1996, pero en circunstancias diferentes.
Dahik también tuvo una orden de prisión en su contra, pero no fue detenido. Renunció a su cargo antes y consiguió asilo político en Costa Rica, desde 1995.
Volvió al país cuando el juicio fue anulado. Sus opositores lo habían señalado por supuesta malversación de fondos estatales reservados.
Entonces, el Congreso Nacional tuvo que nombrar a un nuevo vicepresidente. El cargo recayó sobre Eduardo Peña, exministro de Educación.
En la actualidad, ante una ausencia temporal del Vicepresidente, el mandatario Lenín Moreno tiene la potestad de designar como reemplazo a un ministro de Estado.
Se considera ausencia temporal cuando la segunda autoridad enfrenta un quebranto de salud o alguna otra circunstancia de fuerza mayor que le impida ejercer su función durante un periodo máximo de tres meses o la licencia que la Asamblea Nacional puede concederle.
Si ese plazo se cumple o si Glas renuncia, como ha pedido un grupo de sus coidearios en la Asamblea, la forma de elegir a su reemplazo varía. El Presidente debe conformar una terna, que no necesariamente debe integrarse por ministros. No hay prohibición sobre a quién puede ser incluido.
Según la Constitución, la persona elegida ejercerá sus funciones por el tiempo que falte para completar el período. Si la Asamblea Nacional omite pronunciarse en el plazo de treinta días desde la notificación del Ejecutivo, se entenderá elegida la primera persona que conforme la terna del Presidente.
Para aprobar un nombre que reemplace al segundo mandatario se requiere de una mayoría absoluta en el Legislativo. Es decir, al menos 70 votos.
La oposición tiene 63 y el oficialismo 74 curules, pero en este último bloque no hay consenso sobre los pasos a seguir en torno a Glas.
Desde que estalló el caso Odebrecht, en diciembre del año pasado, unos 20 funcionarios de alto nivel han sido señalados en diferentes países. En Brasil, por ejemplo, salpicó a los expresidente Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva. Rousseff fue separada del cargo, pero por un proceso que no estuvo relacionado con la trama de corrupción.
Y ahora también su reemplazo, Michel Temer, fue mencionado en las delaciones que se hicieron.
En Perú se dictó prisión preventiva para el expresidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia. En ese mismo país se dictó prisión para el expresidente Alejandro Toledo.
En Colombia, por su parte, se investiga si hay indicios para señalar al presidente actual Juan Manuel Santos, por supuestamente recibir dinero de Odebrecht para la campaña electoral. Esto luego de que el exsenador Otto Bula, que se encuentra preso, diera declaraciones sobre los sobornos de Odebrecht.
En Ecuador, el exministro Alecksey Mosquera se encuentra preso y ahora se suma también el vicepresidente Glas. Su condición de detenido no le priva de sus derechos políticos.