El gimnasio Phisique, ubicado en la Plaza de las Américas (norte), abrió sus puertas como parte de un plan piloto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Nueve días después de la finalización del estado de excepción, poco a poco, las actividades en Quito vuelven a su dinámica normal, tomando en cuenta que la emergencia sanitaria continúa.
Actualmente hay cinco actividades comerciales restringidas por el Municipio. En la Resolución 060 se establece la imposibilidad de reabrir discotecas, bares, centros de diversión nocturna, centros de tolerancia y gimnasios.
Para que esa medida se cumpla fueron suspendidas temporalmente las Licencias Únicas de Actividades Económicas para esos negocios.
Daniel Rodríguez, director de la Secretaría de Salud, dijo que por sus características esas actividades son consideradas de alto riesgo de contagio. No obstante, se aprobó un plan piloto para los gimnasios.
Desde esta semana, según Rodríguez, al menos 146 de esos centros buscan cumplir los protocolos para empezar a trabajar. La aprobación de ese plan fue posible porque el COE nacional ya había autorizado el desarrollo de pruebas en esa rama. Sin embargo, la decisión final la dejó en manos de los Gobiernos Autónomos Descentralizados.
La Secretaría de Salud habilitó una plataforma web en la que se están inscribiendo los gimnasios que mostraron, desde un inicio, su intención de formar parte del plan piloto.
El gimnasio Phisique, ubicado en el norte de Quito, fue uno de los que reanudó su atención el lunes 21 de septiembre. Un trabajador del establecimiento señaló que el viernes 18 de septiembre recibieron la aprobación del Municipio. Han recibido a los primeros clientes y la actividad se ha desarrollado sin novedades.
Del total de gimnasios aprobados, la Secretaría de Salud y la Agencia Metropolitana de Control escogerán de forma aleatoria los locales en los cuales se realizarán los controles.
En 15 días, según Rodríguez, se emitirá un informe con la recomendación de abrirlos o no de manera definitiva. Para los otros cuatro tipos de negocios, el panorama es distinto. La Secretaría no está recibiendo planes pilotos en esas ramas.
Hay cuatro elementos que se toman en cuenta para determinar el nivel de riesgo de una actividad, ya sea comercial, de movilidad o trabajo.
La primera es el espacio. La posibilidad de un contagio de covid-19 se incrementa en lugares reducidos, cerrados y con poca ventilación. Por esto, según Rodríguez, los centros de entretenimiento serían los últimos en reabrir.
El segundo es el tiempo de permanencia en un espacio. El tercero tiene que ver con la cantidad de gente que cabe en un lugar. Finalmente, se toma en cuenta si existe una exhalación forzada (gritar, alzar la voz, cantar o desarrollar y asistir a clases presenciales).
Elio Serrano es dueño de una discoteca en el sector de La Mariscal. Dijo que en junio pasado existía la intención de desarrollar un plan piloto para esos negocios. Pero la idea no avanzó, por la imposibilidad de reducir el riesgo.
Serrano no abre su negocio desde marzo. Intenta sostenerlo para no cerrarlo definitivamente. No ve como una opción dedicar el espacio a otra actividad, como la venta de comida.
Daniel Simancas, director de Investigación de la UTE, recordó que para evitar un nuevo brote dentro de un establecimiento, no es recomendable el aire acondicionado, porque puede aumentar la circulación del virus. Es preferible que la actividad sea al aire libre.
Esta semana, la Secretaría de Salud lanzará una ‘calculadora’ de riesgo’ en la página web del Municipio. Rodríguez explicó que será una herramienta tecnológica para que los ciudadanos consulten el nivel de riesgo al que están expuestos en determinas actividades.
Respecto de la reapertura de actividades, la funcionaria dijo que “la agenda de la situación actual no la tiene el Municipio o la Cámaras, sino el virus”.