Bruselas, AFP
Georgia inició la guerra relámpago de agosto de 2008 con Rusia, señaló el miércoles un informe independiente encargado por la Unión Europea (UE) , que acusó a la vez a Moscú de reaccionar de forma desproporcionada y de “limpieza étnica”.
El conflicto entre el 7 y el 12 de agosto del año pasado se saldó con una dolorosa derrota de Georgia y la autoproclamación de independencia de sus dos regiones separatistas pro-rusas, Abjasia y Osetia del Sur.
Desde entonces, ambos bandos se achacaban la responsabilidad del conflicto.
La Unión Europea había encargado a fines de 2008 a un grupo de expertos dirigidos por una diplomática suiza, Heidi Tagliavini, que elaborara un informe sobre las causas del conflicto. Sus conclusiones fueron presentadas el miércoles.
La primera es una mala noticia para Georgia. Fueron sus fuerzas armadas quienes, según el informe, iniciaron el conflicto con disparos de artillería para lograr el control de Osetia del Sur en la noche del 7 al 8 de agosto. No hubo, previamente, una incursión de las tropas rusas.
El equipo de investigación echa así por tierra lo que había defendido hasta ahora el presidente georgiano, Mijail Saakashvili, que presentó la ofensiva como un acto de legítima defensa.
“La comisión no puede considerar que se sostenga suficientemente la afirmación georgiana de que hubo una ofensiva militar rusa de envergadura en Osetia del Sur antes del 8 de agosto”, según el informe.
Para el equipo, “es Georgia quien desató la guerra”, insistió en un comunicado Tagliavini.
No obstante, Rusia no sale exonerada de la investigación.
El informe reprocha a Moscú haber hecho escalar la tensión antes del conflicto con una serie de “provocaciones”, como la distribución de pasaportes rusos a los habitantes de Osetia del Sur y Abjasia.
Sobre todo, juzga la contraofensiva rusa y la posterior invasión de Georgia no solamente desproporcionada sino también “contraria a la Carta de Naciones Unidas y a las normas fundamentales del derecho internacional”.
La presidenta de la comisión se refiere además a “indicaciones serias” que apuntan que hubo georgianos que fueron víctimas durante el conflicto de “limpieza étnica” en varias aldeas de Osetia del Sur, con el aval tácito de las fuerzas armadas rusas.
El ministerio ruso de Relaciones Exteriores reaccionó al informe estimando que demuestra que Georgia es “culpable” de haber desatado el conflicto, pero lamentó que el documento contenga “ambigüedades” sobre la actitud de Moscú.
“La principal conclusión de ese informe (…) es que Tiflis es culpable de haber desatado la agresión contra Osetia del Sur”, declaró.
“Pero el informe contiene una serie de ambigüedades. El fragmento que se refiere a un recurso supuestamente desproporcionado a la fuerza por parte de Rusia plantea importantes interrogantes”, añadió la cancillería.
Para la embajadora georgiana ante la UE, Salomé Samadashvili, fue “Georgia la que fue víctima de una invasión por parte de otro país (Rusia) en violación del derecho internacional”.
Pero el informe compromete esencialmente a Tiflis, que siempre ha tratado de desempeñar ese mismo papel de víctima en el conflicto.
Sus conclusiones podrían asestar un nuevo golpe al presidente Saakashvili, ya debilitado en su propio país, y dar alas a Rusia que trata de justificar la independencia autoproclamada de las dos provincias georgianas pro-rusas, reconocida sólo por tres países: Rusia, Nicaragua y Venezuela.