Un nuevo texto permite comprender la incidencia de la mujer en la vida de la nación. Se trata de ‘Cartas públicas de mujeres ecuatorianas‘, un libro de Ana María Goetschel en el que se recogen “cartas, solicitudes, hojas volantes, manifiestos” publicados en medios impresos del país, o que bien han sobrevivido al paso del tiempo en archivos oficiales y particulares.
A Dios, a los políticos, a las personas ilustres del Ecuador, a los puritanos e incluso para ellas mismas. En conjunto, estas cartas reflejan los intereses y la necesidad de expresarse de las mujeres que vivieron en el país entre finales del siglo XIX y la primera mitad del XX.
Al revisarlas, el cliché de que la mujer es el sexo débil se disipa. Sus voces son enérgicas, incluso cuando hablan de temas religiosos. No tienen miedo a denunciar los males a los que se ven expuestas, o a aquellos que aquejan a sus familiares y amigos. Ya sean monjas, madres, esposas o mujeres solteras, sus escritos son el reflejo del movimiento feminista en sus albores.
La producción epistolar recogida en las 249 páginas que forman parte de estas ‘Cartas públicas…’ está dividida en 12 grandes grupos. Demandas de justicia; Mujeres y asistencialismo; Prensa, literatura y debates públicos son algunos de los temas escritos por mujeres de distintos estratos sociales. Y a pesar de que el libro está organizado de manera arbitraria, en cada una de sus partes se distingue perfectamente los intereses de cada autora.
Una importante reflexión es realizada por la compiladora en su estudio introductorio: estas son cartas abiertas. A diferencia de las cartas personales, cuya motivación principal es la comunicación entre dos conocidos, estos escritos son de carácter público al estar dirigidas a personas o grupos sociales cuya influencia era local (si no nacional, en muchos casos). He ahí la importancia de analizar cada transcripción, al constituir estas en un aporte en torno a los estudios de género. Si ciertas narraciones históricas han desestimado el protagonismo de la mujer en la construcción de la sociedad, esta publicación obliga a replantearse esa postura.
En enero de este año, el rotativo inglés The Guardian alertaba sobre la existencia de la colección ‘Cartas de Mary Wollstonecraft Shelley‘, autora de ‘Frankenstein’, que reposaba en el archivo digital de Essex y que no había sido publicada hasta entonces. Este hallazgo puso otra vez nombre de mujer a la tradición epistolar, que a lo largo de los años ha tenido a representantes como Virginia Woolf, Mary McCarthy, Hannah Arendt o Georges Sand.
A través de ‘Congenial Spirits’, las cartas selectas de Woolf, por ejemplo, se ha abierto la oportunidad al lector de conocer una faceta poco conocida de la escritora inglesa. Aquí hay vehemencia, desarraigo por la vida, pero, al mismo tiempo, motivos para reivindicar la existencia.
Otro caso similar es el de Amandine Aurore Lucile Dupin, mejor conocida como Georges Sand, cuya estrecha amistad con Gustave Flaubert resultó en una rica correspondencia, causa de admiración de escritores como Guy de Maupassant. De hecho, este último narra que en alguna conversación con Flaubert, el autor de ‘Madame Bovary‘ sacó de un baúl y dijo: “Ésta es de Madame Sand, escucha, me dijo, y me leyó un hermoso pasaje mientras repetía embelesado: ¡Ah! Qué gran hombre era esta mujer”.
Un caso especial es el de Mary McCarthy y Hannah Arendt, novelista y filósofa respectivamente, cuyas cartas están agrupadas en ‘Entre amigas’. A lo largo de este libro se descubre a dos mujeres que hablan reflexivamente de sus errores, que elogian sus aciertos, y que reflexionan sobre temas como el amor, la cuestión judía o la situación política del momento.
Virginia Woolf Hay tres libros de cartas de ella en inglés: ‘Congenial Spirits’, ‘The Letters of V.W.’ y ‘Paper Darts’.
Mary Shelley ‘Selected Letters’ (Johns Hopkins University Press) recoge escritos entre 1814 y 1850.
Mary McCarthy ‘The writing on the wall’ recoge algunos textos epistolares realizados por la novelista.
Hannah Arendt Sus cartas de amor con Martin Heidegger han sido las de mayor estudio de su trabajo epistolar.