Es un cuento de perseverancia, una historia atravesada por la muerte pero que trata sobre la vida, sobre la lucha por ella. ‘El club de los desahuciados‘ (‘Dallas Buyers Club‘) apuesta por ser una ‘biopic’ poderosa y para serlo el peso dramático se ha asentado en las interpretaciones actorales, tanto de Matthew McConaughey, como de Jared Leto.
McConaughey pone en pantalla la historia real de Ron Woodroof, un vaquero de Dallas que se descubre portador del VIH, tras lo cual decide hacer frente a la enfermedad, al prejuicio y al poder de la industria farmacéutica estadounidense. En el proceso se aparta de la ignorancia, la homofobia y el estigma que lo caracterizaban, hasta erigirse como estandarte de una lucha junto a quienes antes despreciaba, entre ellos un travesti interpretado por Leto.
Mucho se ha hablado de lo que resulta evidente en el filme, el cambio físico de los actores. Pero la brutal pérdida de peso no hallaría valía de no ser por la determinación con la que están construidos los personajes. No solo es la extrema delgadez o el travestismo, es el gesto, la voz y esa inmersión en la mentalidad y el comportamiento de ellos.
La enfermedad logra representarse lejos de los estereotipos del convaleciente y, quizá, por ello, queda relegada frente a la fuerza del espíritu humano para reponerse ante las circunstancias y aprender de ellas. Si bien se muestra el drama de los contagiados y su deambular, a la espera de una medicación, la película no abunda en sensiblerías, más bien se deja ver con un tono de indiferencia. Una indiferencia tratada mediante una propuesta visual -del director Jean Marc Vallée– sin florituras, con lo justo en fotografía y edición.
Ron Woodroof se constituye como un héroe involuntario y atípico, pero el tono épico y romántico de este individuo es modulado por su compleja personalidad. Su fragilidad lo trasforma en un ser fuerte, como individuo y en su función social.
Además del estudio del personaje, el filme propone una mirada sobre la época (entre los 80 y 90), sobre la ignorancia que prevalecía ante el sida y la postura interesada de las farmacéuticas. Esta postura contra la institucionalidad deja ver lo ilegal como una forma de supervivencia, en la línea de otras cintas que también compiten por el Oscar; salvo que en este caso la supervivencia es real y no solo apunta a un estilo de vida.
Con la interpretación de Ron Woodroof, McConaughey continúa con el giro en su carrera actoral. Desde hace tres años escoge con rigor sus papeles; con ello ha roto el molde de ‘sex symbol’, heredado de las comedias románticas.
El actor y músico vuelve con fuerza a la pantalla grande al interpretar a Rayon, el travesti con el cual se asocia Ron Woodroof. Juntos establecen el ‘Dallas Buyers Club’, que ofrece membrecías a los contagiados que buscan medicamentos no permitidos en EE.UU.
El vaquero de Dallas, nació en 1950 y laboraba como electricista. El guionista Craig Borten lo entrevi stó un mes antes de su muerte, en 1992. Las varias horas de conversación y el dia rio personal de Woodroof derivaron en un proyecto fílmico que tardó 20 años en concretarse.