Empieza la película y la pantalla se llena de colores. La música y el calor del baile transmiten un Brasil que, a ritmo de samba, parece festejar la llegada del Mundial de Fútbol. Este ambiente manifiesta el contexto en el que actualmente viven Perla y Blu, los guacamayos que se enamoraron en la primera entrega de este filme.
Ahora, con tres hijos, se han humanizado y Perla quiere volver a la selva para buscar a otros pájaros de su especie y así poder entrar nuevamente en contacto con la naturaleza.
La cinta, dirigida especialmente a un público infantil, deja en segundo plano a algunos de los personajes que hicieron añorable la primera película. El perro Luiz hace una corta aparición y los inseparables Pedro -un pájaro cardenal- y el canario Nico, se quedaron de telón de fondo, mientras que Río de Janeiro quedó totalmente fuera del mapa.
La trama tiene demasiadas vertientes, que pueden desubicar por momentos. Una de ellas es que Blu llega a conocer a su suegro, Eduardo. Un guacamayo salvaje y líder en la selva, quien mira al citadino Blu por debajo de sus alas y admira a Roberto, amigo de Perla.
Los tintes de comedia son claros y precisos en esta relación que parece haber sido sacada del filme ‘La familia de mi novia’. En donde Ben Stiller debe convencer a su suegro, Robert De Niro, que está a la altura de merecer a su hija, pero cada intento solo empeora las cosas.
Con un mensaje claramente ambientalista, ‘Río’ presenta una Amazonía amenazada por la tala ilegal de árboles. La unión entre las especies será clave para proteger el territorio.
Carlos Saldanha regresó para dirigir la secuela de las películas de animación ambientadas en su natal Brasil. Su vasto conocimiento de la zona se siente. La precisión en los detalles de los animales que habitan en la selva está hasta en la colocación de los pavos salvajes en las ramas bajas de los árboles.
Como en toda película infantil no podía faltar la música, que funciona como interludio entre historias. En esta ocasión también da paso a las acrobacias y coreografías de las aves, creando un juego de colores que hipnotiza.
En este aspecto musical, se luce el villano de la historia, la cacatúa Nigel. Dotado de más malicia que en la primera entrega, tiene dos acompañantes que serán el contraste perfecto para evocar una risa. Gabi, la increíble rana venenosa que está enamorada de Nigel, seduce por su colores brillantes y su permanentemente húmeda piel, y el silencioso oso hormiguero Charlie.
La película llega a ser tierna y hasta conmovedora, sobre todo en el retrato de los hijos de Blu y en la relación de Brasil con el fútbol.
Director:
Carlos Saldanha (Ha dirigido ‘Ice Age 2: El deshielo’ y ‘Ice Age 3: El origen de los dinosaurios’.)
Voces originales:
Andy García, Anne Hathaway y Bruno Mars.
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