¿Sabía que los dientes de los niños y terceros molares de los adultos son una fuente de células madre? En Ecuador, desde el 2011 se realizan procedimientos para conservarlas.
A partir de estas piezas dentales los pacientes pueden regenerar el tejido cardíaco, muscular, cartilaginoso, óseo y las neuronas. Leslie del Pino, odontóloga de Quito, dice que la edad de las personas no es determinante para la recolección de células. Por eso esta técnica tiene ventaja frente a la extracción de células del cordón umbilical, ya que se pueden obtener en cualquier momento y no solo en el nacimiento.
En un recipiente similar a un tubo de ensayo, los odontólogos colocan leche entera para sumergir el diente extraído del paciente. Este líquido sirve para el transporte a corto plazo de los dientes ya que mantiene su tejido intacto por más tiempo.
Si este recipiente se conserva en refrigeración, las células dentales pueden durar hasta 120 horas sin perder su capacidad para dar células.
Los molares llegan a los laboratorios de BioEDEN, ubicados en Estados Unidos, Reino Unido y Tailandia. En estos lugares se extrae la pulpa dental y se obtiene estas células madre.
Los especialistas las aíslan para verificar sus condiciones de salud y poder multiplicarlas para que sean usadas.
Lyn Blanco, odontóloga de Guayaquil, indica que se pueden utilizar todos los dientes de leche y los definitivos (premolares y muelas del juicio), pero sin caries. La extracción es simple y la puede realizar cualquier especialista en odontología. Después de la extracción, las piezas son colocadas en un kit especial que tiene gel de alta durabilidad y tubos de plástico similares a los de ensayo.
La muela debe llegar a los laboratorios en 48 horas aproximadamente. Por eso este procedimiento debe planificarse.
En Ecuador, cerca de 600 personas han enviado sus dientes a los laboratorios de Estados Unidos por medio de BioEDEN. 10 ya han utilizado las células para tratamientos.
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En el 2011, una niña de 8 años presentó leucemia. Su madre y su hermana no fueron compatibles para un trasplante de médula. La familia tuvo que buscar otra alternativa para salvar la vida de la pequeña. Por medio de un odontólogo se enteraron del tratamiento de células dentales y extrajeron el diente de su hermana. En la actualidad, la niña tiene 11 años y no presenta síntomas de la enfermedad.
Esta técnica dental surgió en el 2003, cuando Songtao Shi, investigador del National Institute of Health (NIH) descubrió células madre en los dientes primarios y su capacidad para duplicarse varias veces y formar grupos neuronales.
Los especialistas aseguran que la terapia con células madre reemplaza células enfermas por saludables. Por ello, son ideales para tratar, por ejemplo, el mal de Parkinson, diabetes, lesiones en los huesos, y enfermedades cardíacas.
Otro de los casos que se han registrado en Ecuador es el de un paciente de 70 años, en Guayaquil. Él sufría de un fallo cardiovascular y su nieto de 16 años le donó un tercer molar para que las células sean colocadas durante una cirugía de corazón abierto que se realizó.
Blanco indica que la cantidad de células de un diente, dependen de factores como el tamaño del molar, la cantidad de pulpa en su interior, la salud de las células, las condiciones de transporte y la extracción del diente por parte del odontólogo.
Aproximadamente pueden llegar a tener 8 000 células. Sin embargo, esto puede variar ya que las mismas se pueden reproducir hasta llegar a una cantidad más alta. Los odontólogos ecuatorianos indican que una de las ventajas de las células es que pueden ser compatibles en un 80% con los familiares. “Esto no ocurre con los demás tratamientos de células madre”, dice Del Pino.
A escala mundial se han utilizado para el tratamiento de enfermedades respiratorias, como el asma, fibrosis pulmonar, la diabetes, lesiones hepáticas y problemas de córneas.
Esta semana se anunció que las células madre extraídas de dientes pueden desarrollarse y diferenciarse hasta dar lugar a células que tienen similitudes con las cerebrales.
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