En la cadena de supermercado Almacenes Tía, el 11% de los clientes cancela sus consumos con tarjetas de crédito. Foto: Paúl Rivas/EL COMERCIO
Las compras en el supermercado fueron el principal rubro de consumo que se realizó con tarjetas de crédito en febrero del 2017.
Los ecuatorianos usan este medio de pago además para gastos de salud, pasajes aéreos, servicios profesionales como seguros y comunicaciones (planes de celular, TV pagada, Internet, etc.).
Esos son los cinco principales rubros de gasto de los tarjetahabientes, según datos de la Superintendencia de Bancos y que están disponibles a partir de este año. Esos cinco rubros representaron el 47% del gasto total con tarjeta de crédito en febrero, una tendencia que se mantiene desde el año pasado.
Sin embargo, los tarjetahabientes disminuyeron sus montos de consumo con el plástico en algunos rubros. Uno de ellos fue la compra de víveres. En febrero del 2016, la facturación en supermercados con tarjetas de crédito alcanzó los USD 79 millones, esta cifra bajó en el segundo mes del presente año a 70 millones.
También bajaron los montos en rubros como salud, pasajes aéreos, educación y restaurantes. En cambio, en servicios profesionales y comunicaciones los rubros subieron.
En Megamaxi, desde hace más de dos años está habilitada la forma de pago a tres meses sin intereses en compras de todo tipo de alimentos. En esta cadena de supermercados, el 30% de los clientes prefiere cancelar sus compras con tarjeta de crédito, señalaron ejecutivos de la cadena.
En Almacenes Tía, el 11% de los clientes paga sus consumos con tarjeta y el monto promedio en transacciones con el dinero plástico es de USD 31, indicó Melissa de la Vega, gerenta de Relaciones Públicas.
Tía mantiene de forma permanente estrategias de incentivo para el pago con tarjetas de crédito, como los pagos a diferido a tres meses sin intereses en productos de hogar y textiles y en la temporada escolar.
Íngrid Vásquez es usuaria de una tarjeta Diners. Cada 15 días gasta en promedio USD 300 en supermercado, el cual
-asegura- cancela de forma corriente (en el mismo mes que realiza el consumo).
Otros gastos los difiere. Es el caso de la universidad de su hijo, que semestralmente le cuesta USD 4 500. Antes usaba la tarjeta para viajar al exterior, pero ahora se priva de este gusto por falta de dinero.
Wilson Araque, director del Área de Gestión y del Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina, recomienda a los tarjetahabientes pagar las cuentas de acuerdo con el tiempo de consumo de los bienes.
Por ejemplo, los cosméticos o perfumes se pueden diferir porque se consumen a mediano plazo. Sin embargo, “no se deberían diferir alimentos, porque los clientes terminan prorrateando el pago del pan, del huevo o la leche a un año”, anotó el experto. Bienes o productos de corta duración deben pagarse en efectivo o corriente.
Alexandra Acurio maneja dos tarjetas, ambas con montos por encima de los USD 3 000. Una es del Banco Pichincha y la utiliza para alimentación, vestimenta y educación. La otra, del Banco Pacífico, la destina a compras de medicina. Acurio paga el 90% de sus compras a corriente.
Salud es el segundo rubro que se paga con tarjeta de crédito. Ana María Molina, gerenta de Sostenibilidad y Asuntos Públicos de Corporación GPF, señaló que en el caso de Fybeca los consumos con el plástico decrecieron 5,38% en el 2016 en comparación con el 2015. Por el contrario, en SanaSana se registró un incremento del 0,37% en estos pagos.
De acuerdo con datos de la Corporación GPF, en marzo de este año el 51,85% de los clientes de la cadena farmacéutica Fybeca pagó sus consumos con tarjetas de crédito.
En SanaSana, otra marca de GPF, el 11,6% de los clientes canceló sus compras con este medio de pago.
Los pasajes aéreos también se adquieren con tarjeta de crédito. Durante el año pasado el 65% de las compras de boletos aéreos en Avianca fue realizado con tarjetas de crédito, señaló David Alemán, director general de la aerolínea en Ecuador.
Alemán aclaró que la empresa cuenta con distintas opciones de pago, adaptadas a las necesidades de los pasajeros. Para aquellos que suelen cancelar con tarjeta, los pagos se pueden realizar con planes a diferido desde tres meses (sin intereses) hasta 24 meses.