Dos comercializadoras reportaron la baja de calidad por la para de la Refinería de Esmeraldas.
Dos de las principales ciudades del país, Quito y Cuenca, ya registran una reducción en el octanaje de las gasolinas. Esto sucede después de que arrancara la paralización por etapas de la Refinería de Esmeraldas, este fin de semana.
En abril pasado, la estatal Petroecuador, encargada del transporte y refinamiento de crudo, ya anunció que debido a la rehabilitación del complejo refinador solicitó al Instituto Ecuatoriano de Normalización (Inen) que autorice la variación de hasta dos octanos en las gasolinas extra y súper.
Es decir, se aprobó que la gasolina súper disminuyera su calidad de 92 a 90 octanos y la extra, de 87 a 85 octanos.
En respuesta, la Subsecretaría de Calidad del Ministerio de Industria aceptó el pedido de la estatal y publicó, en el Registro Oficial 262 del 6 de junio pasado, una revisión al reglamento técnico Inen-028 referente a combustibles.
En la primera transitoria del documento determinó que se aceptará la variación de hasta dos octanos de la gasolina durante 18 meses, a partir del 1 de junio del 2014. Es decir, hasta diciembre del 2015.
Pocos días después de aprobada la normativa, las primeras variaciones del octanaje aparecieron en el Austro. El presidente de la Asociación de Distribuidores de Combustibles de Azuay, Carlos Salazar, envió el 20 de junio un correo electrónico a representantes de Petroecuador y del Inen, señalando que el laboratorio de la comercializadora Primax registró una baja de dos octanos tanto de la gasolina extra como en la súper.
La muestra se había tomado de un despacho realizado en la terminal de Chaullabamba en el norte de Cuenca. En dos semanas, el gerente encargado de Petroecuador, Francisco Narváez, contestó que efectivamente había sido aprobada la variación desde inicios de este mes.
El secretario de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleo, Osvaldo Erazo, señaló que el reporte de Cuenca ha sido el primero y único respecto a la reducción de octanaje realizado en las últimas semanas.
No obstante, estas variaciones en la calidad de la gasolina ya se registraron ayer, 15 de julio, en la terminal de despacho de combustibles El Beaterio, en Quito.
Sandra Carrión, representante de Petrolríos -cuarta comercializadora de gasolina más importante del país- indicó que Petroecuador les entregó ayer un despacho de gasolina extra con una notificación de calidad, la cual confirmaba que el octanaje se había reducido de 87 a 85 octanos.
El octanaje es la capacidad antidetonante de la gasolina cuando se comprime dentro del cilindro del motor. Mientras mayor es la eficiencia y potencia de un motor y su tecnología es más avanzada, mayor también será octanaje requerido para un buen funcionamiento del motor.
Pero cuando el motor de un vehículo usa una gasolina de menor octanaje a la que demanda el fabricante, el motor puede sufrir detonaciones prematuras no deseadas, lo que se conoce como cascabeleo.
Los efectos
De acuerdo con el Gobierno, esta variación de dos no tendrá una incidencia directa en la eficiencia de los motores. Las autoridades advirtieron en meses pasados que no variará el contenido de azufre y por eso las emisiones de gases contaminantes no se incrementarán.
Sin embargo, catedráticos y técnicos en mecánica automotriz han advertido que sí se registrará una pérdida de potencia en los motores.
El consultor en temas de mecánica automotriz, Édison Yánez, señaló que por la reducción del octanaje sí habrá un mayor esfuerzo del motor, lo cual se reflejará en una pérdida de potencia. Esto implicará que el rendimiento del combustible podría reducirse en un 5%.
Salazar explicó que con un combustible de menor octanaje, la combustión es deficiente dentro de los cilindros de los motores de los vehículos y hay hidrocarburos contaminantes que se emiten al ambiente.
Coincidió en que habrá un menor rendimiento de las gasolinas por kilómetros recorridos. Es decir, se puede cargar la misma cantidad y durará menos tiempo o menos kilómetros. “Eso se puede ir notando en un tiempo prudencial”.
Salazar dijo que han existido pocos reclamos por parte de los clientes. Añadió que una de las alternativas es que los usuarios opten otra vez por la gasolina súper para evitar daños en sus automotores.
Erazo cuenta que la población ha dejado de consumir gasolina súper en los últimos años, justamente por la mejora de combustibles que llevó a cabo el Régimen a partir de marzo del 2012.
En ese año se dispuso que la gasolina extra suba de 81 a 87 octanos y que la gasolina súper pase de 90 a 92 octanos. Previa a la mejora del octanaje de los combustibles, la gasolina súper representaba el 14% del total ventas de combustibles para el segmento automotriz, indicó Erazo.
Pero al finalizar el 2012 el porcentaje disminuyó al 12,4%, y en el año 2013 bajó todavía más, al 11,4%, “ya que al mejorar la calidad, la gente utilizó la gasolina extra en lugar de la gasolina súper”, dijo.
Este Diario buscó la versión de las cuatro comercializadoras de gasolina con mayor participación en el mercado nacional, incluida Petroecuador, pero no tuvo respuesta.