Patricia Herrmann. Experta en el manejo sustentable de Galápagos
Redacción Sociedad
Galápagos puede realmente ser considerado una maravilla natural del planeta? ¿En qué se sustentaría esa categoría?
Sí, es una maravilla natural. Su categoría está dada por su riqueza en biodiversidad. Por su origen volcánico, es un archipiélago compuesto por 13 islas principales y más de 110 islas pequeñas e islotes en un territorio de casi 8 000 km².
¿Cuál es su valor real? ¿Es tan así de único por sus características y su biodiversidad?
Su valor está dado por ser un ecosistema que tiene especies endémicas que no hay en ninguna otra parte. Las especies llegaron desde distintas partes, principalmente de la región sudamericana continental y algunas evolucionaron en especies nuevas. La supervivencia depende del buen estado de los ecosistemas marino y terrestre. En este pequeño mundo está el gran valor de Galápagos.
¿Por qué está aquí?
Su trayectoria. Doctora en leyes con especialización en gestión ambiental y reforma del Estado. Consultora en la gestión de Galápagos y consultora en medioambiente.
Su punto de vista. Cree que Galápagos tienen suficientes títulos para saber del gran tesoro natural a ser conservado
Galápagos es candidata a ser una de las 7 maravillas del mundo, ¿eso es beneficioso?
Esa categorización se refiere a un manejo de intereses económicos privados, que en realidad no nos ayuda. Galápagos no requiere de otro título, los que tiene son amplios y suficientes para saber del gran tesoro a ser conservado. El gran desafío está en mejorar la calidad de las operaciones turísticas, fortalecer el control migratorio, involucrar a la población en una gestión sostenible.
El archipiélago es un laboratorio natural para cientos de científicos, ¿qué ha recibido a cambio por ese conocimiento extraído?
La investigación científica constituye uno de los grandes temas que debe ser mejor aprovechado. Esto se busca orientar mejor en beneficio del archipiélago y del país. Requiere ser trabajado en conjunto con todas las universidades del país.
Se habla de que Galápagos aún conserva al menos el 95% de la biodiversidad nativa, ¿es real aquello y cómo se logró eso?
El hecho de estar en aislamiento y que en el transcurso de su historia se le haya dado diferentes categorías permite que se conserve en mejores condiciones que otras islas en el mundo. Vale reconocer los esfuerzos hechos a lo largo de su historia, por eso aún se conserva el 95% de la biodiversidad.
Están por cumplirse 50 años de la declaratoria de Parque Nacional, ¿la conservación actual justifica esa designación?
Sí, gracias a esta categoría y con la labor del Parque Nacional Galápagos se lograron importantes niveles de conservación. Recuérdese que Ecuador vivió en las últimas décadas períodos de crisis, que generaron dificultades para el manejo de la conservación. Muchos vieron como una opción el trasladarse a Galápagos para encontrar empleo. Pero los esfuerzos son evidentes, como por ejemplo el combate a las especies invasoras.
Pero si la Unesco puso a Galápagos en la Lista de Patrimonios en Peligro fue porque no todo estuvo bien.
Las recomendaciones de la Unesco se refieren más bien al cuidado frente al crecimiento acelerado de la economía de las islas y de su población, que presionan sobre el ecosistema. La calificación busca sensibilizar a las autoridades nacionales e instancias internacionales en pos de mejores condiciones de sustentabilidad para la población frente a la conservación. La gente debe involucrarse.
¿Se puede decir que existen avances reales en las acciones de conservación?
El hecho de que el Presidente de la República en 2007 declarara que Galápagos es un patrimonio en riesgo y de prioridad nacional, establece una política de priorización. Es decir, reformar y fortalecer la gestión del Estado en el manejo de las islas, impulsar el programa de cero combustibles fósiles para Galápagos, dotar de becas para mejorar los cuadros técnicos que prestan servicios en las islas.
¿Son suficientes como para convencer a la Unesco de que Galápagos ya puede ser liberado de esa categoría?
No se trata de convencer a la Unesco, sino más bien de seguir con una agenda estratégica de trabajo en puntos críticos, que mejore la gobernabilidad en las islas. Cuando un patrimonio mundial entra en la Lista de Patrimonios en Peligro, la salida demanda esfuerzos al menos de tres a cinco años. Por eso aún no se dará esa salida para Galápagos.
¿Así, qué futuro se avizora para las islas?
Si no se sigue con el control del acelerado crecimiento, se pondría en peligro a todo el ecosistema y a la biodiversidad. Es necesario un trabajo responsable de todos: gobiernos central y autónomo, además de la población.