Madrid. DPA
El Real Madrid protagonizó ayer un triste estreno de pretemporada en el Santiago Bernabéu, al empatar por 1-1 con el modesto Al-Ittihad árabe, por la Copa de la Paz, y con la estrella Cristiano Ronaldo totalmente desapercibida en la cancha.
Ya desde antes del cotejo comenzó a percibirse un clima desalentador, respecto de las expectativas de los organizadores y de varios de los simpatizantes del Real Madrid. Apenas se presentaron unas 20 mil personas que, acorde con las dimensiones del Santiago Bernabéu, supieron a poco.
Aun así, la figura de Cristiano Ronaldo fue una de las pocas capaces de poder arrebatar ovaciones en la noche, tanto en el comienzo del calentamiento previo al partido, donde ingresó al campo en el último lugar y desató los primeros gritos de la jornada, como cuando tocó el primer balón del partido, en el inicio.
Pero el portugués se encontró incómodo a lo largo de toda la primera etapa. Cada intervención del luso exponía ciertos lujos capaces de nublar la conexión en el juego. De tal modo, se potenciaban los aplausos desde las gradas, pero no había ataque.
Mientras tanto, el entrenador Manuel Pellegrini intentaba moverlo por todo el flanco de ataque. Ronaldo inició el partido sobre la banda izquierda, pero solo en la primera mitad se paseó por el centro de la ofensiva y por la derecha. Sus cambios de posición con Wesley Sneijder fueron una constante del juego. El propio Karim Benzema, que también se estrenó en el estadio del club blanco, aparecía como su socio principal en los ataques, pero el ex jugador del Manchester United continuaba sin poder desplegar su juego.
A falta de siete minutos para el descanso, el luso dispuso de una situación clara para abrir la cuenta, pero fue derribado dentro del área y el árbitro Michael Koukoulakis optó por dejar correr el juego. La primera parte terminó y la gran estrella de la noche se encontraba con un debut en el Bernabéu demasiado irregular.
Sobre el inicio de la segunda mitad, Pellegrini decidió sacar al argentino Ezequiel Garay, quien fue reemplazado por el juvenil Agustín García. Sin embargo, el Real Madrid mantenía una parsimonia en el juego acorde con el ambiente. Cristiano Ronaldo apenas se destacó con tres apariciones esporádicas y, con el paso de los minutos, empezó a digerir su salida del partido.
Entonces, Pellegrini decidió reemplazarlo a los 66 minutos por el argentino Gonzalo Higuaín y el público lo despidió con unos aplausos absolutamente opuestos a los del recibimiento.
Asimismo, el gol de Raúl, a los 56 minutos, apenas permitió relajarse a los dueños de casa, ya que Hicham Aboucherouane decretó la igualdad ocho minutos más tarde.
Con esto, Pellegrini decidió mover el banquillo en los últimos 15 minutos y le dio lugar a viejos conocidos de la casa. Guti entró en escena, mientras que Esteban Granero, quien disputó su primer partido después de la experiencia en el Getafe, fue el único al que la gente coreó el nombre.
Pero los árabes se defendieron bien y también contaron con opciones de llevarse el triunfo.
El próximo partido del club español será el próximo martes contra la Liga Deportiva Universitaria de Quito, desde las 15:30 de Ecuador. Si el equipo albo logra el empate, se clasificará y eliminará al Real Madrid, que sufriría de esta manera una humillación inesperada en su propio campo.