Gabriela Rivadeneira fue la primera mujer presidenta de la Asamblea Nacional. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO
Entrevista a Gabriela Rivadeneira quien fue la primera mujer presidenta de la Asamblea Nacional. En la actualidad asumió la dirección del movimiento Alianza País y es también legisladora. Integra la mesa de Salud.
¿Cómo han sido estos primeros meses al frente de Alianza País?
Estamos atravesando por primera vez un cambio de Gobierno dentro del mismo proyecto político. Ha significado tener una lectura adecuada y posiciones claras. El objetivo de Alianza País es sostener la Revolución Ciudadana.
¿Cómo se están procesando los conflictos internos del movimiento?
El primer mes, luego del 24 de mayo, no hubo ningún espacio de canalización política interna y eso generó una serie de preocupaciones. Recién la semana pasada se instaló el buró que para nosotros ha sido la instancia del debate político interno.
¿De qué se ha hablado en esos espacios?
Esta semana hemos tenido nuestro segundo buró y se acordó mantenerlo con una periodicidad. Ahí se canalizarán las preocupaciones políticas, programáticas, de principios. Y se darán las alertas para identificar amenazas a los logros y conquistas consagradas.
¿El Presidente Lenín Moreno ya respondió a la duda que tenían sobre si hay o no un pacto con el bucaramato?
No está claro el asunto todavía, por lo tanto nuestra observación sigue vigente. Nosotros seguimos observando el peligro y la alerta de cogobernar con personajes que ahora tratan de buscar una nueva plataforma.
¿Las decisiones duras que toma el Presidente son consultadas con el movimiento Alianza País?
Hasta ahora no ha tenido que tomar decisiones duras y esperemos que no las haya. Estas últimas decisiones que parecen bastante desacertadas hay que ir ubicando cuál es el equipo asesor y cuál es el equipo inmediato que muchas veces hasta sin consultarle al Presidente está tomando decisiones que pone en riesgo la cohesión no solamente con la militancia sino con la ciudadanía.
Hay sectores en la militancia que adoptaron posiciones duras con Moreno. Lo tildan, por ejemplo, de traidor ¿cómo se hará desde País para gestionar esos conflictos?
No podemos combatir violencia con violencia, combatir respuestas antagónicas con violencia desde nuestra gente. Tenemos que hacerlo con argumentos y con consciencia histórica y es a lo que yo he llamado a nuestra militancia. No me interesa tener un millón de carnetizados, me interesa tener un pueblo consciente de lo que vive. En ese marco vamos a seguir en un proceso de formación a nuestra militancia.
Antes de viajar, Rafael Correa le pidió cuidar el proceso, la coherencia política, ¿qué ha hecho en concreto?
Las palabras fueron sabias, no me cuiden a mí, cuiden a la Revolución Ciudadana porque tal vez el mensaje implícito de cuidar la Revolución Ciudadana es también cuidar a Rafael Correa y eso va a ser un postulado de proyección. Hemos generado hace pocas semanas la fundación de instituto de pensamiento político y económico Eloy Alfaro donde una de las agendas marcadas es la generación de pensamiento político y económico.
El Presidente necesita apoyo para su gestión y requiere también de quienes no están en País, ¿lo van a apoyar?
Ojalá podamos construir un consenso tan fuerte que esta revolución no dure cuatro años sino décadas. El riesgo está que pensar que grupos antagónicos van a estar a favor o sostener el proceso.