Redacción Cultura
Todo lo que rodea a Gabriel Carrión tiene un aire canino. Además de cuidar de sus 67 perros, tiene más de 500 figuras de canes en su oficina, un rompecabezas de los ‘101 Dálmatas’ y hasta las toallas de su baño tienen un estampado canino.
“Eso sin contar con las que tengo en mi casa, con eso serían más de 1 000 artículos”, dice el dueño de la hostería para perros Lord Guau. Ahí mismo, en su negocio, se alojan 60 de sus mascotas.
Al entrar a su hostería, se escuchan los ladridos de los huéspedes, los perros que se alojan en Lord Guau. Ya en su oficina, es fácil desviar la mirada hacia una estantería en donde se ubican cientos de figuras de cerámica, madera, plástico, yeso, porcelana…
El entorno se complementa con fotografías de sus mascotas y sus participaciones en torneos caninos. Todo allí tiene relación con los perros, incluso el interruptor de la luz y los pisapapeles.
La colección de figuras, dice Carrión, la comenzó en 1995, cuando regresó de estudiar en Inglaterra. Su primer perro de carne y hueso fue un bóxer llamado Baltico y la primera pieza de su colección fue un perro de vidrio soplado. “Estaba en la casa de mi mamá y me lo llevé. Después guardé más figuras relacionadas”.
Su obsesión por los perros la comparte con su esposa. “Tuve la fortuna de encontrar a una mujer a la que también le gustan”. Los dos convencieron al padre que los casó para que permita que un golden lleve sus aros de matrimonio. “En la corte también estuvieron nuestros perros”, cuenca con mucho cariño y orgullo.
La colección de Carrión también tiene muñecos de peluche y obsequios que llegan desde diferentes partes del mundo, en especial desde Inglaterra y Alemania.
Su llavero también es un perro de juguete relleno de plumón. Carrión incluso guarda las figuras que vienen dentro de las ‘cajitas felices’ de la comida rápida. Tiene personajes caninos de las películas de los dibujos animados.
Por su conocimiento acerca de estos animales, Carrión fue parte del programa de televisión ‘Famosos y mascotas’, conducido por Roberto Angelelli. Actualmente también tiene una licencia internacional para ser juez en los diferentes torneos de perros.
Cuando llega a su casa, el ambiente canino continúa. Carrión dice que su casa está repleta de cosas referentes a los perros: las toallas, las almohadas, las sábanas, las cobijas, magnetos del refrigerador, entre otras cosas.
Sus figuras, dice Carrión, son valiosas para él, pero más que todo cuida de los siete perros de carne y hueso que mueven la cola cuando lo ven llegar a casa.