Redacción Guayaquil
Desde el presupuesto municipal hasta las peleas de comerciantes y metropolitanos. Tras varias polémicas, la pugna entre el Municipio de Guayaquil y el Gobierno cambia de página y ahora aterriza en el Plan de Aseguramiento Popular en Salud (PAP).
El ultimátum ya fue dado. Solo hasta el 31 de enero el PAP estará a cargo del Cabildo, después de un convenio que se firmó en el gobierno de Alfredo Palacio, cuando el presidente Rafael Correa era ministro de Economía.
El fin de semana, la ministra de Salud, Caroline Chang, lo ratificó. Los 450 000 usuarios del PAP pasarán a una red formada por clínicas, Junta de Beneficencia y Solca. Y el pasado martes, en una cadena nacional, se informó que ya no se les descontará USD 1 al mes del Bono de Desarrollo Humano.
En el consultorio 3 del centro Mega Salud, en la 29 y Bolivia, al oeste, Mayra Bonilla esperaba una receta. En los pasillos, el movimiento no es como otros días, Ahí atienden 200 personas.
La lluvia del pasado lunes disminuyó las consultas. Pero Bonilla llegó con su paraguas. “Al pobre este plan le conviene. En otras partes hay que pagar y aquí es gratis. Espero que no lo saquen”.
Pero la Dirección de Salud de Guayas avanza con el traspaso del servicio, aunque el modelo no está del todo claro. La primera semana de enero se convocó a clínicas y centros privados para formar parte de la nueva red.
En total se registraron 62 clínicas. Hasta ahora 18 ya fueron calificadas y están en etapa de modificación de infraestructura y equipos. Y ocho centros que daban servicio al PAP pasarán al nuevo sistema, bajo el control del MSP.
El director de Salud de Guayas, Eduardo Verdesoto, asegura que la idea es fortalecer el servicio de un programa que no es municipal, sino público. “Les están mintiendo cuando dicen que se van a quedar sin servicio o que el MSP no los podrá atender”.
Para Samia Peñaherrera, gerenta de la Fundación para el Aseguramiento Popular, el cambio del PAP es un tema político. “Hace seis meses la disposición era cerrar el programa, porque no se ajustaba a la política de salud del Régimen. Ahora lo van a replicar”.
El PAP ofrece atención primaria. En sus 12 puntos se dan consultas en medicina general, odontología y servicios adicionales de laboratorio, entrega de lentes, prótesis y cirugías menores.
Cada mes, Luz Elizaga acude a la clínica Alianza II, en la Florida Norte. Pese a que el centro de salud No. 11 del MSP, en la cooperativa Pancho Jácome, queda más cerca de su casa, prefiere el PAP. “Ese centro es muy chico y hay que hacer fila para la atención. Aquí nos revisan y las medicinas que hay nos las dan gratis”.
Hasta junio de 2009, según el informe de auditoría, se registraron 251 411 consultas y se realizaron 742 cirugías. Esto con un presupuesto de USD 9 millones anuales, de los cuales, USD 7,8 millones eran aporte del Gobierno. Ese es el monto que financiará la nueva red médica del MSP.
Así comenzó una polémica que se definirá en la última sesión del directorio del PAP, hoy a las 10:00 en el Ministerio del Litoral. A esa misma hora, en los exteriores del edificio de Gobierno, la Junta Cívica de Guayaquil hará un plantón en rechazo al cierre del programa. Con esos antecedentes, la confrontación será parte del orden del día, ya que el directorio, de cuatro miembros, está dividido, y no habría voto dirimente.
Por el lado del Gobierno estará el subsecretario de Salud del Litoral, Marcelo Aguilar; y el subsecretario de Inclusión Social, Francisco Estarellas. A favor del Cabildo estarán Guillermo Wagner, representante de la Junta Cívica; y Jacinto Loiza, delegado del Municipio. De ahí que, en caso de votación, habría un empate.
Por ahora, ambas partes alistan sus argumentos. Loiza espera que la decisión se revea para evitar la centralización de la salud en la ciudad. “Ellos (Gobierno) detestan que haya éxito en un programa descentralizado. No hay motivos para cerrarlo, porque se da atención óptima y con auditoría”.
Para el subsecretario de Salud, Marcelo Aguilar, el nuevo sistema no es una copia sino una forma de llegar directamente al usuario.
“Los fondos del PAP iban a una fundación. Esta contrataba a una empresa, que contrataba a pequeñas clínicas, que subcontrataban personal. Esa cadena encarece los costos para un número limitado de servicios de salud”.
La auditoría del PAP se revisará
El termómetro para medir la gestión de calidad del Programa de Aseguramiento Popular ha sido la auditoría. Esos informes más los contratos de prestación de servicios de 2009 serán analizados hoy durante la sesión del directorio del plan de salud.
Según el estudio de auditoría del primer semestre, se tomaron en consideración cuatro indicadores. Uno de los más importantes es de satisfacción de los usuarios. La meta era 90% y se alcanzó un 80,17% de satisfacción. En la entrega de medicamentos, la aceptación se ubica en un 89%.
Las principales quejas se relacionan con las dificultades para acceder al ‘call center’ y reservar las citas, recibir medicamentos que no están en la lista del PAP (de 79 medicinas) y acceder a más servicios de odontología.
Durante esos meses también fueron separados de la red el centro Servisalud y la clínica Idrobo, por la culminación del contrato. El centro Servimédicos fue clausurado tras una denuncia.
Para compensar los cierres, la empresa Megasalud, la mayor prestadora de servicios del PAP, abrió un punto en la estación Río Daule de la Metrovía y amplió el horario en la de Bastión Popular.
El sexto punto en el orden del día será el manejo del presupuesto del PAP. En 2009 se invirtió USD 9 081 547,00. Para la contratación del operador se gastaron USD 6 075 000.
Para 2010, la Fundación del PAP esperaba invertir USD 9 496 193,76. Eso se definirá en el último punto del orden del día, en el que el Gobierno informará sobre su nuevo servicio de salud.