Boston. DPA
El fútbol americano se inicia hoy, en EE.UU. con polémicas generadas por salarios exagerados en tiempos de crisis económica y un par de estrellas con problemas judiciales.
Los ‘quarterbacks’ son ya las estrellas antes de que el balón ovalado vuele de mano en mano. A pesar de la crisis, los Gigantes de Nueva York desenrollaron la alfombra roja para su astro Eli Manning al prolongar su contrato hasta 2016, con lo que ganará casi USD 107 millones.
“Se merece el dinero absolutamente”, señaló el mánager de los Gigantes, Jerry Reese. Solo un poco menos recibirá Philip Rivers en los San Diego Chargers, al prolongar su acuerdo por seis años por un total de USD 92 millones.
En los New England Patriots no se trata de dinero, sino de la rodilla de Tom Brady. La superestrella de 32 años regresa tras una rotura de ligamentos, lo que convierte a New England automáticamente en favoritos al título. Brady se produjo la grave lesión en el primer partido de la temporada pasada.
También mira hacia delante ante la que será su decimonovena temporada en la NFL Brett Favre. El ‘quarterback’ se desdijo de sus intenciones de retirarse y aterrizó en los Minnesota Vikings.
De brazos cruzados ha estado Michael Vick. Durante 18 meses y hasta el 20 de julio estuvo en prisión por organizar y realizar peleas de perros. El talentoso ‘quarterback’ intentará empezar de cero con los Philadelphia Eagles. Podrá volver a jugar a partir del 27 de septiembre.
En cambio, Plaxico Burress ha tomado el camino inverso. El receptor, que aseguró el título de los Gigantes en el Superbowl de 2008 contra New England con el ‘touchdown’ decisivo a falta de 35 segundos del final, está en prisión desde el 22 de septiembre por posesión ilegal de armas.
Burress se disparó por accidente en el muslo derecho en noviembre en un club nocturno en Manhattan. Como se demostró más tarde, no tenía permiso deportar armas, así que fue a juicio.