La Nación de Argentina, GDA
Convertida en el conglomerado político más exitoso en la historia de Chile después de 20 años de gobierno, en el oficialismo chileno la consigna es clara: pase lo que pase la noche del 13 de diciembre, la Concertación debe ser refundada.
La apuesta sería con Michelle Bachelet a la cabeza, para así capitalizar su histórica popularidad cercana al 80%, la misma que el candidato presidencial oficialista Eduardo Frei no ha sabido aprovechar. Junto con ello, se pretende volver a conquistar a los disidentes, los partidarios de Marco Enríquez-Ominami, los renegados democratacristianos integrantes del Partido Regionalista Independiente (PRI), y los adherentes del izquierdista Jorge Arrate.
La evolución de las encuestas tiene hoy al candidato oficialista en una cerrada disputa con el diputado independiente, visiblemente lejos del empresario y abanderado opositor, Sebastián Piñera, del Partido de Renovación Nacional.
El punto más preocupante para el oficialismo, sin embargo, son los números que arrojan ambos candidatos en un eventual balotaje ante Piñera. Según los últimos sondeos, Enríquez-Ominami sería el mejor perfilado para hacer frente al candidato de la Coalición por el Cambio en la segunda vuelta del 10 de enero.
Una encuesta de Giro País volvió a posicionar a Piñera en el primer lugar, con un 36,4% de las preferencias, seguido de Frei (25,8%) y Enríquez-Ominami (17,9%). Para la segunda vuelta, el diputado socialista volvió a conseguir mejores números que el senador democratacristiano,: mientras Piñera se impone por un estrecho margen a Frei (42,2-42%), Enríquez-Ominami conseguiría derrotar al empresario (41,1-40,2%).