Otro caso de fraude en examen de Senescyt

Imagen referencial. Desde el 2013, Fiscalía tiene denuncias de deshonestidad académica. Foto: archivo / EL COMERCIO

Imagen referencial. Desde el 2013, Fiscalía tiene denuncias de deshonestidad académica. Foto: archivo / EL COMERCIO

Imagen referencial. Desde el 2013, Fiscalía tiene denuncias de deshonestidad académica. Foto: archivo / EL COMERCIO

En una capacitación, realizada en línea, un docente de la U. de Guayaquil relató a sus colegas que instaló un clon en la computadora de su primo, para resolverle el Examen de Acceso a la Educación Superior (EAES). Se tomó de modo digital, por la pandemia, en septiembre. Así, “por fin entró”, afirmó. Mientras, otros que no consiguieron un cupo darán otra prueba en el 2021.

Ángela Álvarez, por ejemplo, se sometió a radioterapias mientras se preparaba para el EAES. Eso, dice, no limitó el tiempo que le dedicó al estudio. Pero sacó 839 de mil en la prueba y no obtuvo un cupo para medicina. “Quise entrar a universidades privadas, pero ni con beca puedo costearlas”, anota la joven de 17, que pagó por un preuniversitario. Al enterarse de la ‘confesión’ del profesor, comentó molesta: “nada es suficiente cuando la corrupción puede más”.

Ante la difusión del video en redes sociales, la Secretaría de Educación Superior (Senescyt) anunció que el jueves 12 presentó una denuncia en la Fiscalía General del Estado, para que investigue “mecanismos fraudulentos” que pudo usar un docente, para ‘ayudar’ a un familiar en el EAES.

No es la primera ocasión que la prueba de acceso a cupos en universidades e institutos es vulnerada. En enero se filtraron las preguntas de la evaluación, que entonces se llamaba Ser Bachiller, y se tomaba de manera presencial.

Desde el 2013, en la Fiscalía hay cerca de 20 procesos por violación de clave o sistema de seguridad para acceder a información protegida, contenida en sistemas de información; delito contra información pública reservada legalmente; acceso no consentido a un sistema informático, telemático o de telecomunicaciones.

El lunes 16 de noviembre del 2020, este Diario pidió información a la Fiscalía de Pichincha sobre las denuncias relacionadas con deshonestidad académica vinculadas a este examen y se preguntó cómo se procederá con este último caso. Hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.

La reciente denuncia será analizada en la Comisión de Educación de la Asamblea, adelantó su presidente, Jimmy Candell. “Seguimos a la espera de resultados de anteriores investigaciones de la Fiscalía”.

El profesor fue separado de la U. de Guayaquil, confirmó su rector, Roberto Passailaigue. “Es un hecho reprochable que condenamos. Dimos por terminado su contrato ya que se evidenció falta de providad. Senescyt debe investigar al estudiante beneficiado”.

Eso último es importante para el legislador Candell. Pero también que la Fiscalía siga los procesos y obtenga resultados lo antes posible. “Que no pase lo que en enero, hasta ahora no tenemos respuestas”.

Para este asambleísta, el fraude académico tiene otras aristas en un entorno nuevo. “El proceso de enseñanza-aprendizaje encuentra desafíos no tradicionales que debemos analizar”.

En el artículo 207 de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) se explica cómo actuar frente a estos actos de deshonestidad académica en universidades. La disposición legal - explicó Santiago Jaramillo, abogado y secretario general de la PUCE- permite sancionar esas faltas.

Según la gravedad, las sanciones pueden ser amonestación escrita, pérdida de materias en el caso de alumnos, suspensión de actividades académicas para profesores y separación temporal o definitiva en las universidades.

En cuanto al EAES, el abogado opina que, de comprobarse que el docente resolvió el examen de su familiar, la prueba debe ser anulada y, por ende, también el cupo asignado producto de esa evaluación.

Es importante -dice Jaramillo- que el departamento jurídico de la Senescyt permanezca atento a lo que sucede con las investigaciones abiertas y que haga un seguimiento de los casos “para que no se queden en una denuncia”. De esa manera, señala, si se trata de un problema sistemático se podrá llegar hasta los responsables.

En el relato del docente denunciado se deduce que su primo obtuvo un cupo para la misma universidad en donde el profesor laboraba. En la reunión virtual se dirige a un colega para decirle que su familiar pronto será su alumno.

Esas historias indignan a jóvenes como Ángela Estupiñán, de 22 años. Ha rendido el examen siete veces y no ha accedido a cupos en el sistema público. Quiere convertirse en enfermera; es auxiliar. “No aceptaría hacer trampa”. La chica cree que la nueva modalidad en línea del examen brinda más opciones para el fraude.

El clon, del que habla el exprofesor de la U. de Guayaquil en el video, le permitió ver en su computador el examen de su primo y resolverlo, según contó. Se trata de un acceso remoto desde otro equipo, aclara Nycolai Moscoso, director de Tecnologías de la UTE.

Esta herramienta permite manipular un computador sin necesidad de sentarse frente a él, detalla el especialista “Esa opción se pudiera restringir desde el link o aplicativo en el que se rinde el examen”.

La seguridad al 100% no existe, apunta Moscoso, pero ve necesario hacer un análisis de riesgos. En evaluaciones en línea recomienda que Senescyt o la institución se conecte al computador del alumno, para revisar, también remotamente, que el equipo no tenga ningún software instalado, que permita irregularidades.

El 17 de septiembre, primer día de toma del EAES, el titular de la Senescyt, Agustín Albán, informó que se registraron 223 casos de deshonestidad académica. El jueves pasado se les consultó sobre el total de casos detectados. Pero aún no hay respuesta.

El experto en tecnologías aplicadas a la educación, Andrés Hermann, recuerda que varios software, por ejemplo Plagium, ayudan a identificar textos plagiados en trabajos. Y otros, como sensores del movimiento, sirven para conocer si quien hace el examen en línea abrió otro enlace. Pero más allá de eso cree urgente capacitar a los alumnos para que no piensen en el fraude.

En contexto

Desde el 2012 se toma un examen para asignación de cupos en el sistema público. Y desde el 2013 hay denuncias de fraude. En enero, la anterior administración de Senescyt habló de toda una red, que pudo incluir ‘hackers’, para acceder a las preguntas.

Suplementos digitales