El papa Francisco durante el recorrido en El Quinche este miércoles 8 de julio. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.
Las banderas blancas estampadas con el rostro del papa Francisco son las favoritas de los creyentes católicos en Quito. Hay desde USD 2 y todavía “se venden como pan caliente”, comenta Beatriz Gutiérrez, una comerciante informal en el Centro Histórico.
El Pontífice visitó Ecuador desde la tarde del domingo 5 de julio hasta después del mediodía de este miércoles 8, cuando continuó con su gira apostólica hacia Bolivia. Pero en Quito todavía se ofertan camisetas, jarros, almohadas, cruces, postales, rosarios, fotos, carteles, tarjetas, bolígrafos, etc. con su imagen. También ya está a la venta el sermón que diera el líder católico en la misa del parque Bicentenario, la mañana de ayer martes 7 de julio; cuesta USD 1.
El fervor religioso ha promovido en estos días el negocio de los recuerdos de la visita del Papa. Joffre Tumipaxi, de 29 años, es un comerciante independiente que ha aprovechado las concentraciones masivas de feligreses para conseguir dinero. No quiere revelar cuánto exactamente ha vendido entres días. Pero asegura que es un poco más de USD 600 en camisetas, botones y cruces con la imagen de Francisco.
En la mañana de este miércoles recorrió las calles del Centro Histórico. A las 06:30 estuvo afuera de las iglesias, en donde la asistencia de personas fue mayor que la regular. Mientras los devotos se congregaban para rezar a Dios, la Virgen y los santos, Joffre gritaba que lleven tres camisetas por USD 5 o una por USD 2,50.
En San Francisco también deambulaba Gladys Ponce, de 47 años. Cargaba a su nieto en la espalda. Este miércoles aprovechó para vender velas con la imagen de Francisco y crucifijos. “La gente parece que recibió una inyección de fe, porque compran todos los artículos del Papa”, cuenta feliz porque hasta el mediodía había conseguido más de USD 80.
Los niños también quieren un recuerdo del Pontífice. Son los que más se llevan las almohadas con su rostro, dice un vendedor que prefiere que su nombre no sea publicado. “Duerma con el Papa, lleve su bendición”, gritaba el hombre. “Que descanses en la paz del señor”, rezaba en el mensaje de uno de los cojines.
Piedad Martínez en cambio es una feligrés de la iglesia de La Compañía. Esta mañana se acercó hasta el templo jesuita, que anoche fue visitado por Francisco, para rezar por el Ecuador.
“Esperemos que de verdad, como dijo el Santo Padre, podamos todos unirnos y dejar las peleas”, dijo. Ella compró una vela con el rostro de Francisco y la colocó debajo de la imagen de un santo.