Redacción Espectáculo
El mano a mano entre Fonseca y Fausto Miño terminó en un empate técnico. Aunque sus estilos e influencia musical sean distintas, la gente se identificó con ambas y le gustó probar la sazón del acordeón vallenato, el sonido de los instrumentos andinos y el pop.
Con la espontaneidad que lo caracteriza, Fausto Miño presentó canciones como Era, Baila mi vida o Entiendo, con intermedios en que hablaba con el público.
En Colombia tienen su casa, allá los queremos. Vayan cuando quieran.
Fonseca
Cantautor colombiano En uno de ellos hasta ‘acolitó a un pana’ a conquistar el corazón de su novia. ‘Juanfran’ se robó el show por un rato para decir a Denisse cuánto la amaba, y para entregarle, en medio de un Ágora de la Casa de la Cultura llena, un anillo de compromiso. “El amor es algo así, como ustedes”, dijo Miño, antes de cantar uno de sus temas.
“¡Qué bestia!, qué hermoso se ve desde aquí”, afirmó al fijarse en el público. Su espectáculo incluía el sonido de los instrumentos andinos de Mauricio Vicencio y una escenografía e iluminación acorde con cada momento. Incluso para cuando se sentó al filo del escenario para cantar de cerca a sus fans que parecían desvanecerse al recibir una mirada, una sonrisa o una suave caricia de Miño mientras les decía “solo quería decirle que usted es hermosa”.
Fausto también se refirió a la crisis de la que todo el mundo habla en estos días: “Eso es mentira. En Latinoamérica siempre hemos estado jodidos pero sabemos cómo salir adelante”, comentó, antes de cantar Sometimes Ok, hacia el final de su espectáculo.
Luego de los cambios necesarios, las luces se apagaron para recibir al crédito colombiano de la noche. Fonseca abrió su show con Enrédame. Invitó al público a ‘emparrandarse’ con él y la gente aceptó gustosa. Su show, que incluyó temas de sus tres discos: ‘Fonseca’, ‘Corazón’ y ‘Gratitud’, mantuvo a sus seguidores eufóricos y con unas ganas de bailar que parecían insaciables.
Entre los asistentes había colombianos que asistieron a ver a su compatriota. Algunos aprovecharon la presencia de Fonseca para lucir sus sombreros ‘vueltiaos’, tradicionales de su país.
Ellos gozaron como el que más del sonido del acordeón de Tati Manzano, una de las piezas fundamentales de los shows de Fonseca, con la marca del folclor colombiano. En él se incluyeron vallenatos de su repertorio como Magangué o Gratitud, pero además se sumaron dos clásicos que prendieron aún más al público.
Primero sonó El cantor de Fonseca, de Carlos Huertas. El tema fue versionado por Carlos Vives, en su disco ‘Clásicos de La Provincia’. Luego llegó Mujer conforme, que Fonseca presentó como uno de sus vallenatos preferidos.
Tras juntar Hace tiempo, Te mando flores y El arroyito, Fonseca tomó un respiro y dijo: ¿Les digo la verdad? Hasta aquí llegaba el concierto”, La gente se negó a que terminara, y él agregó: “Ojo que yo soy como un mariachi, así que hasta que ustedes me digan yo canto… Metámosle parranda”.
Entonces complació al público que no quería dejar el Ágora nuevamente con Enrédame, Confiésame, Hace tiempo y Arroyito, hasta la medianoche.