En una entrega anterior comentábamos sobre los decepcionantes resultados de la cumbre climática realizada en Copenhague el pasado mes de diciembre. Resaltamos la complejidad de los temas vinculados al calentamiento global, lo que hacía imposible en una sola reunión abarcar todos y cada uno de ellos, y menos tomar decisiones. Ante esta realidad, sugerimos que algunos de los aspectos más controversiales sean tratados de manera específica para ir de a poco contando con las piezas que se necesitan para armar este complejo rompecabezas.
Uno de estos temas hace relación al financiamiento que requieren los países en desarrollo para cambiar el modelo productivo hacia uno menos contaminante. En este sentido van apareciendo iniciativas que pueden muy bien ir configurando las bases para conformar un gran fondo que esté destinado a financiar a los países más pobres del planeta.
El Presidente de los Estados Unidos comprometió en la cumbre pasada un aporte sustancial para este propósito, el mismo que debe ser aprobado por el Congreso. La semana anterior, el representante del FMI anunció que dicha institución está estudiando la posibilidad de crear un fondo que reciba no menos de USD 100 000 millones al año.
El dinero se destinaría a financiar las iniciativas y proyectos de los países en vías de desarrollo para financiar la transición hacia un modelo de desarrollo menos intensivo en combustibles fósiles.
En este sentido, el FMI mantendrá reuniones con las autoridades económicas de los países miembros para explorar la posibilidad de emitir Derechos Especiales de Giro como forma parcial de financiamiento. Los DEG son activos internacionales de reserva que emite el FMI y cuyo valor está determinado por las cuatro monedas más importantes del mundo. Esta propuesta de financiamiento reconoce la realidad, que como producto de la crisis económica mundial, los países desarrollados están muy endeudados, lo que limita su capacidad de comprometer el monto de recursos que se requieren para financiar este tipo de iniciativa.
La propuesta detallada del FMI será conocida los próximos días en un documento que será hecho público. Sería interesante que la publicación revele cuáles van a ser las condicionalidades que se establecerán para que los países puedan acceder a dichos recursos. Si los requisitos están vinculados a las mismas condicionalidades que se exigen para los programas de financiamiento de balanza de pagos, la propuesta no tendrá la acogida que se espera.
Por lo tanto, sería conveniente que el FMI estudie la posibilidad de aportar dichos recursos a un fondo que sea administrado independientemente y cuyos requisitos de accesibilidad no sean otros que las iniciativas y proyectos que presenten los países.
El paso dado por el FMI va en la dirección correcta, pero falta definir su contenido.