Gonzalo Freire, dueño del local Folcosariato. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
La Casa de la Danza. Así se promociona en un letrero de la parte frontal de un negocio ubicado en la calle Pedro Moncayo y Colón, pleno centro popular y comercial de Guayaquil.
El Folcosariato más que un negocio es un centro de difusión de las danzas tradicionales y costumbristas costeñas. Es considerado el único en este tipo en la ciudad porteña.
“El folclor costeño es nuestra especialidad, pero también hacemos danza de todas las regiones, incluidas la andina y amazónica. Lo que nos anima en este trabajo es rescatar y resaltar más el folclor costeño que tiene sus divisiones también en lo montubio, cholo, afro”, comenta Gonzalo Freire, promotor cultural y propietario de la Casa de la Danza.
El sitio no solo sirve de exhibición de trajes folclóricos para danza y concursos de belleza, que se alquilan o se venden. También se dictan talleres y es el escenario de los ensayos del Grupo Folcosta que dirige Freire.
Los usuarios son estudiantes de escuelas y colegios, y empresas e instituciones. Se les brinda asesoría sobre la danza. “Hay instituciones que me llaman para dictar charlas o talleres y no cobro. Incluso llevo al grupo folclórico para que haga una presentación y se vea en la práctica lo que se enseña.
El objetivo es difundir nuestra cultura montubia”.
El director de Cultura de la Prefectura de Guayas, Leonardo Bravo, destaca este tipo de iniciativas pues abona en el empeño institucional de realzar las tradiciones y costumbres de la parte patrimonial y artística de la provincia. “Es una forma de rescatar nuestra historia y la identidad cultural del Guayas a través de manifestaciones artísticas.
Grupos folclóricos y artistas nacionales tienen una ventana en la programación de festivales que organizamos”. Trajes de mujeres y hombres están organizados en cuatro perchas. Hay no solo para danzas costumbristas costeñas; también para bailes andinos, amazónicos y afros.
Cuando llegan, especialmente, profesores de escuelas y colegios se los asesora en los tipos de traje y colores adecuados según la danza o el tema, explica Sandi Sarmiento, mientras ayuda a un grupo de alumnos de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil.
La tarde del miércoles buscaban trajes para presentaciones en el centro de educación superior. César Pilco, por ejemplo, buscaba un disfraz de caporal de la Serranía. Y Andrea Pluas de una indígena de Cotopaxi. “Estábamos algo desorientados pero aquí nos están dando una buena asesoría no solo de cómo vestirnos sino de cómo presentarnos”, dijo Pilco.
En Folcosariato cuentan con unos 300 trajes en ‘stock’. Hace pocas semanas a un colegio de Guayaquil le facilitaron 150.
“Lo que buscamos es que el folclor, especialmente el costeño, se masifique en lo que es su estilo. Por eso a veces ofrecemos talleres teórico-prácticos para que se lo haga de la manera correcta”, acota Freire.
Una de los aspectos que lo animó a promocionar el folclor de la Costa fue que, en sus inicios veía que había grupos guayaquileños que se presentaban con trajes de la serranía y música costeña. Cuenta que se interesó por el tema del folclorismo desde que estudió agronomía en Chone, una de las capitales montubias de la Costa. Y luego descubrió que no había música específica para la danza costeña.
En sus presentaciones iniciales con su primer grupo, el ‘Universitario’, adaptó a sus danzas el pasillo Guayaquil de mis Amores y el pasacalle Guayaquileña. “Allí empezó a nacer la inquietud de que el pasillo también puede ser tomado en cuenta en danza folclórica”.
Luego se llamó Compañía de Danza Costeña Gonzalo Freire y desde 1998 pasó a llamarse Folcosta, una fusión de folclor de la Costa. Y es a través de este que se difunde la cultura costeña, con danzas montadas a partir del día a día del hombre del campo, la agricultura.
El grupo, de 25 integrantes, participa en un programa de la Prefectura en 14 cantones. Mañana se presentarán en la parroquia Juan Bautista Aguirre de Daule, a las 15:00. También harán hasta diciembre presentaciones quincenales en el Parque Histórico Guayaquil, en La Puntilla, en el área costumbrista.