Al mal tiempo buena cara, sería el lema de las autoridades económicas, ante la inminencia que las preferencias andinas, que expiraron febrero, no serán renovadas para el Ecuador cuando se las renueven para Colombia, cuyo TLC está en la recta final.
Las reuniones bilaterales con EE.UU. para buscar algún tipo de acuerdo comercial, que no iban a ninguna parte, y que Washington mantenía por cortesía, vienen de ser canceladas.
El Gobierno nacional insiste en que la Atpdea no es significativa, que pocas exportaciones se acogieron a los beneficios, que a lo sumo los exportadores tendrán que reducir insignificantemente su margen de utilidad.
Eso es lo que tienen que decir; no van a reconocer públicamente los efectos nocivos que la medida tendrá para el sector privado exportador.
Hay rubros importantes de exportación que tendrán que pagar mayores aranceles para entrar al mercado de EE.UU.
EE.UU. es productor de brócoli, pero México y Guatemala ingresaron a su mercado por menores costos de mano de obra. Las preferencias le permitieron al Ecuador competir y ahora es el tercer exportador a los EE.UU., con 8% de las importaciones americanas. Desde febrero pagan un arancel de 14,8%. Según un reportaje de EL COMERCIO (ver página web) las exportaciones ya han caído 10%, y se espera más.
El Ecuador gozaba de preferencias para atún empacado al vacío, y vendía por sobre USD100 millones anuales a los EE.UU. La publicación especializada Fis informa que al pagar 12,5% de arancel, los productores desesperadamente buscan otros mercados.
Desde febrero las rosas pagan 6,8% de arancel. La coyuntura cambiaria hace que suban los costos en nuestro competidor, Colombia. Pero tarde o temprano las monedas recuperarán el equilibrio, y el 6,8% que se pagará por flores ecuatorianas mientras que 0% para las colombianas, juega en contra.
Más preocupante aún es que se frustra el surgimiento de nuevas exportaciones. El arancel de EE.UU. se eleva proporcional al grado de elaboración de un producto. Un TLC, o por lo menos preferencias, permiten esquivar esta barrera a la industrialización de las exportaciones.
El camarón no paga arancel, pero las preparaciones en base a camarón, sí pagan. Nos condenamos a vender colas a los EE.UU. mientras que los centroamericanos podrán vender productos listos para la mesa. El Ecuador tiene un mercado pequeño. Para ser competitivos, los industriales necesitan economías de escala, y mercados a dónde exportar. Los EE.UU. y la Unión Europea son dos de nuestros principales mercados, pero nuestros competidores regionales tienen preferencia para venderles, y nosotros no.
¿Creen realmente las autoridades que podemos desarrollarnos con Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia e Irán ?