Redacción Guayaquil
Vendedores con todo tipo de arreglos esperan por clientes en las afueras del Cementerio General. Allí la seguridad es estricta y el ingreso de objetos como brochas o pinturas solo está permitido para los pintores autorizados.
La mayoría de personas opta por los arreglos florales, velas y estampas con imágenes de santos y oraciones. María Chalén tiene dos familiares sepultados en ese lugar y a ambos les lleva rezos.
Sixto Zamora llegó ayer desde Babahoyo para visitar la tumba de un pariente. Escogió flores artificiales. “Es un pequeño presente que dura más”.
Ana María Kuhn esperaba con su madre en la puerta 1 al resto de sus familiares. “Las flores son como un símbolo, siempre se acostumbra traerlas”, dice.
Otros aprovechan este día para mejorar la imagen de las tumbas de sus allegados. Héctor Tomalá arreglaba el nicho de su familiar.
Mientras pasaba la brocha decía que aunque le hubiera gustado llevarle música a su ser querido eso no es permitido en el sitio. “Eso solo se puede hacer si se trata de Julio Jaramillo o de Marco Vinicio Bedoya”, comenta.
En otros cantones de Guayas y Santa Elena, las serenatas y otros rituales colorean el Día de los Difuntos. En Balzar, los familiares suelen ir a la medianoche con músicos para darles una serenata a sus familiares.