El vicepresidente Jorge Glas asistió a la audiencia de juzgamiento, por asociación ilícita en el caso Odebrecht. El Segundo Mandatario estaba custodiado por policías y agentes especiales. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
El fiscal Carlos Baca Mancheno fue el primero en intervenir en la audiencia de juzgamiento del vicepresidente Jorge Glas, de su tío Ricardo Rivera y de otras siete personas por el delito de asociación ilícita en el caso Odebrecht.
Se trata del primer día de la etapa de juicio, que se desarrolla la mañana de este viernes 24 de noviembre del 2017, en el auditorio de la Corte Nacional de Justicia, en el norte de Quito. Los jueces Édgar Flores, Sylvia Sánchez y Richard Villagómez fueron designados por sorteo para conformar el tribunal de juzgamiento.
Durante los primeros 20 minutos de la audiencia, Baca habló de una supuesta red delictiva que habría armado Odebrecht en el país desde el 2007 y que tuvo como objetivo pagar a funcionarios públicos a cambio de adjudicarse contratos en cinco obras que hasta hasta el momento han sido investigadas: Trasvase Daule-Vinces, Manduriacu, Poliducto Pascuales-Cuenca, movimiento de tierra de la Refinería del Pacífico y el Acueducto la Esperanza.
Según su teoría, Glas y los demás procesados integraron esa red delictiva. Ellos habrían cambiado las bases de las licitaciones, limitado el control estatal y facilitado el ingreso de dinero de Odebrecht al país, que luego sirvió para pagar coimas.
El Segundo Mandatario escuchó con atención la tesis de la Fiscalía y tomó notas en una libreta. En un primer momento, Glas trató de intervenir en la audiencia, pero el juez Flores se lo negó y limitó la exposición de su defensa a su abogado, Eduardo Franco Loor.
“Un hombre patriota y trabajador, que se ha entregado a la década ganada está detenido”. De esta forma Franco aseguró que su cliente es inocente y que nunca se asoció con nadie para cometer delitos. A los jueces pidió que se ordene la libertad de Glas, quien está detenido desde el pasado 2 de octubre, una vez termine el juicio.
Después de Franco intervinieron los demás abogados de los sospechosos. Seis juristas negaron la asociación ilícita y anunciaron que presentarán sus pruebas para demostrar la inocencia de sus clientes. A las 12:30, los jueces del tribunal ordenaron un receso de una hora y media.