La fiscal de tránsito de Pichincha, Mariana López, tardó dos horas en leer ayer su dictamen fiscal, por la muerte de Natalia Emme.
La sala de audiencias del Palacio de Justicia estaba repleta de familiares y amigos de la joven colombiana. El calor se concentró y obligó a López a beber varios sorbos de agua, de una botella plástica.
Poco antes del mediodía, la fiscal emitió el dictamen acusatorio contra del policía Wilson Velasteguí. Hizo una pausa prolongada antes de leer su nombre.
Él aseguró que el 14 de enero último conducía el vehículo Suzuki Grand Vitara blanco, de propiedad de la Fiscalía, que segó la vida de Natalia Emme.
En ese auto también viajaba Aliz Borja, esposa del fiscal general, Washington Pesántez.
Tras los hechos ocurridos en la av. América (norte de Quito) seis testigos dijeron que Borja manejaba el automotor. Pero Velasteguí, el policía asignado a la seguridad de Borja, afirmó que él estaba al volante. Cuatro testigos coincidieron con esta versión.
En el dictamen, la fiscal López no involucró a Borja, pues aseguró que no se hallaron indicios para acusarla, aunque no dio mayores detalles. Así, la esposa del Fiscal quedó fuera del juicio.
López leyó 781 páginas correspondientes a su dictamen. Dijo, por ejemplo, que luego del accidente Borja y Velasteguí se sometieron voluntariamente a un examen de alcoholemia y que los resultados fueron negativos.
También que un examen toxicológico del Instituto de Higiene Izquieta Pérez estableció que el día del accidente Emme tenía 0,89 g/litro de alcohol etílico en la sangre. La Ley de Tránsito señala que el porcentaje máximo para una persona es 0,30 mg/litro.
Otro aspecto que se dio a conocer en este proceso es que el vehículo causante del accidente “iba a una velocidad no inferior a 90 kilómetros por hora” y que usaba una vía exclusiva de buses.
El juez primero de Tránsito de Pichincha, Andrés Zambrano, acogió el dictamen acusatorio y convocó a una audiencia de juzgamiento. Eso molestó a Juan Campaña, uno de los tres abogados de Velasteguí.
Él aseguró que “no está dicho todo”. “Será en la audiencia de juzgamiento en donde vamos a demostrar que no hubo responsabilidad de Wilson Velasteguí en el lamentable accidente”.
Según el abogado, el hecho se produjo “en ejercicio de una actividad altamente peligrosa por parte del peatón”. Estoy cuestionando, agregó, porque no se consideró que el accidente fue producido por un caso fortuito o por un comportamiento “extraño a su propia voluntad”.
La intervención de Campaña fue la última de la diligencia que terminó a las 12:20.
López abandonó el lugar entre gritos de descontento de los asistentes. En el parqueadero, la funcionaria manifestó que su dictamen solo establece que “Velasteguí manejaba el vehículo de la Fiscalía”. Tras el juicio que empieza se debe determinar si fue responsable de la muerte.
Eso tampoco convenció a la madre de Emme, María Elena Bedoya. Mientras salía de la sala de audiencias anunció que acudirá a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para “que se haga justicia en este caso”.
El abogado de esta familia, Gonzalo Silva, incluso señaló que el video del sistema de vigilancia Ojos de Águila, que la Fiscalía envió a EE.UU. para su análisis, fue manipulado. “Vamos a demostrar que Aliz Borja manejaba el auto, tenemos las pruebas suficientes”.
Con la filmación se esperaba determinar quién conducía el Vitara SZ, pero esto no fue posible, porque el video tenía planos lejanos y de poca calidad.
Afuera del juzgado, el padre de Velasteguí, quien lleva el mismo nombre del gendarme, escuchaba atentamente a Bedoya y Silva. Dijo que lamentaba que lo acusen injustamente de haber recibido dinero. “Nosotros somos personas honorables. Yo soy transportista de Cotacachi (Imbabura) muy honesto. También sería bueno que se aclare quién sustenta la propaganda de Emme, ¿de dónde sale el dinero?”.
Pese a ello, Silva lamentó que se haya imputado a Velasteguí. “Yo me mantengo en eso. Nosotros no planteamos ninguna acusación particular contra él, porque está encubriendo a Borja”.
Si se determina la culpabilidad, Velasteguí podría cumplir una pena de entre tres y cinco años de prisión. “Eso se determina por haber conducido un vehículo con imprudencia, impericia, hechos que constituyen las bases para la falta de previsión y precaución, exceso de velocidad”, dijo Silva.
A las 12:45, Guillermo Rico, padre del hijo de Emme, anunció que el jueves 18 se desarrollará una marcha nocturna, en la av. De los Shyris, en el norte de Quito. “Caminaremos por donde sea en busca de una justicia verdadera y para que cosas como estas nos se vuelvan a repetir. Están invitados todos a esta marcha”. Desde la muerte de Emme se han desarrollado varias protestas en Quito.
Bedoya reiteró el llamado a esta concentración. Ella señaló que participarán activamente hasta que la Corte Interamericana de Derechos Humanos emita un dictamen favorable.