El presidente Evo Morales pidió conocer a su hijo, después de la declaración de que el niño no murió. Foto: EFE
El fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero, máxima autoridad del Ministerio Público de Bolivia, sorprendió hoy 16 de marzo del 2016 al afirmar que era una mentira el nacimiento del tercer hijo del presidente Evo Morales.
Gabriela Zapata Montaño, expareja sentimental del mandatario y supuesta madre de un bebé, fue calificada de mentirosa por el fiscal Guerrero.
“El certificado de nacido vivo que utiliza para obtener el certificado de nacimiento corresponde a otro niño. Este certificado es como si hubiera nacido el niño el 30 de abril de 2007, pero el certificado de maternidad del hospital (de La Paz) corresponde a un niño que nació en 2006″, dijo a los sorprendidos periodistas.
El vicepresidente Álvaro García Linera, enterado del anuncio oficial del fiscal Guerrero (exasambleísta del gobernante Movimiento Al Socialismo), celebró que se tratara de una mentira.
“No ha existido (el) hijo. El certificado de nacimiento que le presentaron a Evo había sido falso, nunca había nacido el hijo. Engañaron al presidente Evo, lo engañaron”, proclamó en acto público en el Banco Central de Bolivia con la confederación de juntas vecinales.
El periodista Carlos Valverde presentó el 3 de febrero en su programa de televisión en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra un certificado de nacimiento y aseveró que se trataba del hijo de Evo Morales y Gabriela Zapata.
Dos días después el mandatario admitió en conferencia de prensa que su tercer hijo había muerto a poco de nacer en 2007. “A Gabriela Zapata la conocí en 2005, es verdad que fue mi pareja por dos o tres años. En 2007 tuvimos un bebé y lamentablemente por nuestra mala suerte ha fallecido. Después de algunos problemas nos distanciamos, no he sabido nada de ella”, dijo entonces.
Sin embargo, en las redes sociales se difundió una fotografía donde ambos aparecen juntos en el carnaval del año pasado. Ante ese testimonio, Morales admitió el encuentro y calificó a su expareja de “cara conocida” con la que se sacó una fotografía en la ciudad de Oruro.
Por otra parte, una tía de la empresaria Zapata dijo que el niño vivía, pero nunca se lo presentó públicamente. Gabriela Zapata llegó a la gerencia comercial de la empresa china CAMC Engineering, que se adjudicó sin licitación siete obras estatales por un valor superior a USD 550 millones.
La empresaria fue aprehendida el 26 de febrero pasado por la Policía en la zona sur de La Paz por presunta legitimación de ganancias ilícitas y enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado, ambos delitos tipificados en el Código Penal y la Ley anticorrupción.
Tras la audiencia judicial, Zapata fue enviada a la cárcel de mujeres del barrio paceño de Obrajes, donde permanecerá hasta que concluya un juicio en su contra.
La investigación involucró a dos personas más que están en la cárcel. Una de ellas es íntima amiga de Zapata, quien habría utilizado oficinas del Ministerio de la Presidencia para reuniones empresariales para su beneficio personal.
Evo Morales, soltero, es padre de Eva Liz, de 22 años, y de Álvaro, de 21. En el caso de su hija mayor hubo una acción legal de Francisca Alvarado para que Morales reconozca paternidad tras varios años de pleito judicial.
El segundo hijo, Álvaro, vivió en absoluta pobreza junto a su madre, Marisol Peredo. Recién tuvo contacto con su progenitor en 2006, cuando fue elegido presidente de Bolivia. La oposición denunció que el Gobierno y los parlamentarios oficialistas buscan desviar la investigación del tráfico de influencias que involucraría al entorno personal y político del mandatario por varios contratos con la empresa china.
Por el caso se abrieron dos causas, una contra la ex pareja del mandatario y otra en el Parlamento para investigar los contratos con la estatal china CAMC y sus subsidiarias Camce Union Engineering y Camce Engineering Bolivia Branch.
El senador opositor Oscar Ortíz precisó que de comprobarse la participación del presidente Morales en el tráfico de influencias derivaría en un juicio de responsabilidades en su contra.