París, AFP
El estadounidense Michael Phelps y el brasileño César Cielo fueron dos de los grandes nombres propios del año en la natación, gracias sobre todo a su excepcional actuación en el Mundial de Roma, el último antes de que se prohíban los polémicos bañadores de poliuretano.
Durante semanas hubo controversia sobre el material de los bañadores, que para muchos han desvirtuado la natación, incluyendo importantes ventajas ajenas al esfuerzo deportivo.
Después de autorizar su uso en el Mundial, la Federación Internacional (Fina) anunció su prohibición con el final de 2009 y el regreso inminente a los bañadores tradicionales de tela.
En la piscina de la capital italiana, a mediados de año, se registraron 43 plusmarcas mundiales, un ‘récord de récords’, y la decisión de la Fina de obligar al regreso a los trajes de tela a partir del 1 de enero de 2010 hace prever que muchos de esos cronos estén vigentes durante años.
Phelps, el mejor nadador de todos los tiempos, volvió a ser la estrella en las piletas, un año después de sus ocho oros en los Juegos Olímpicos de Pekín.
El ‘Tiburón de Baltimore’ se llevó cinco títulos (en relevos 4×100 m, 4×200 m libre y 4×100 m estilos, además de dos en categoría individual, en 100 y 200 metros mariposa) y solo ‘falló’ en los 200 metros libre, donde fue plata.
Sus oros fueron acompañados de récords, salvo el 4×100 m. También asombró al mundo el brasileño César Cielo, con un histórico doblete en velocidad (50-100 libres) en Roma.