Olga Imbaquingo. Nueva York
Si con documentales se ganaran juicios… a esta hora ya se sabría quién es el perdedor. Precedido de una artillería mediática extensa y favorable, llegó a las pantallas de los cines de Nueva York desde el miércoles el documental ‘Crudo: el real precio del petróleo’.
La exhibición de los 105 minutos de un “fascinante, importante y extraordinario trabajo que combina el periodismo y arte”, como lo calificó Christiane Amanpour, la jefa de la sección Internacional de CNN, se exhibe en las salas del teatro IFC.
Quien mejor lo describe es Scott Foundas del Village Voice: “Agua, agua por todas partes, pero ni una gota para tomar. ¿Por qué?, porque es gomosa y negra” y eso, junto con las imágenes de recién nacidos con salpullido y familias con varios seres queridos con cáncer es lo que más impactó a los asistentes, entre ellas a la esposa del cantante Sting, Trudie Styler. Ella, que es parte del documental, estuvo allí para pedir justicia para los indígenas.
“Esto lo hice para mi hija Sara Maya”, dijo el laureado director Joe Berlinger. Su esposa Lauren vestía una camiseta con la imagen de Pablo Fajardo, el abogado de los indígenas en la Amazonia. “Todas las ventas de estas camisetas que estarán a la salida de cada teatro serán para la gente de la Amazonia”, señaló ella.
“Hemos dejado que el castigo por las injusticias y la defensa de los derechos humanos tenga que estar envuelto por el dinero. Pretender resumir este drama a un cheque no hace justicia ni a la gente de la selva ni a nosotros”, acotó la periodista y crítica de documentales, Jennifer Merin.
Robert Pini, presidente de JPZ Enger Online Media Industry, dijo haber llegado al teatro con ciertos conocimientos del caso, pero una vez adentro resultó ser más dramático de lo que creía.
Chevron, en cambio, dice en el documental que nunca se han encontrado evidencias de daños en la salud y que el agua de esas zonas es buena para tomar.
Asimismo, la indagación por los videos sobre un supuesto soborno sigue en Quito. Aunque ayer no comparecieron Juan Pablo Noboa y Aulo Gelio Ávila, dos de los citados por la Fiscalía.