Largas filas en los cementerios de Guayaquil para los sepelios

Dos hombres con mascarillas pasan al lado de una camioneta que tiene un ataúd, afuera del hospital Teodoro Maldonado, en el sur de Guayaquil. Foto: AFP

Dos hombres con mascarillas pasan al lado de una camioneta que tiene un ataúd, afuera del hospital Teodoro Maldonado, en el sur de Guayaquil. Foto: AFP

Un ataúd permanecía ayer en la mañana, en los exteriores del hospital del IESS, en el sur del Puerto Principal. Foto: AFP

El levantamiento de cadáveres en Guayaquil se regularizó. Así lo informaron las autoridades de la Fuerza de Tarea que el Gobierno conformó para gestionar estos procesos. El organismo amaneció ayer con apenas siete retiros pendientes, un número mínimo en comparación con los más de 100 cuerpos que recogía cada día, desde el pasado 23 de marzo de 2020.

Pero el drama de las familias de los fallecidos no termina con el retiro de los restos. Ahora, las demoras se concentran en los cementerios de la ciudad. Hasta ayer, en estos sitios se registraban decenas de personas que esperaban un turno para sepultar a sus parientes. Eso sucedía en el camposanto Parques de la Paz, en el sector de La Aurora, en el norte.

Allí las familias esperaban con los cofres para realizar los sepelios. Personal del cementerio confirmó estas demoras e indicó que se originaron por el incremento de fallecidos que tiene la ciudad por la emergencia sanitaria. Antes este camposanto tenía unos 15 sepelios al día, ahora ese número fácilmente se ha triplicado.

Lo mismo ocurre en los cementerios de la Junta de Beneficencia y Jardines de Esperanza. Ahí las familias también esperaban su turno para sepultar a sus parientes fallecidos por diferentes causas en esta crisis.

EL COMERCIO

En el camposanto patrimonial de la Junta, en el norte, entre los asistentes había personas que contaban que el tiempo de espera era de “varias horas”. Por eso, la entidad instaló carpas con sillas para que los deudos pudieran descansar, mientras llegaba el momento del sepelio. Así lo indicó ayer a Ecuavisa, César Salmon, gerente de la Junta. Él también indicó que como parte de su protocolo de seguridad han entregado a las familias gel antiséptico para evitar posibles contagios durante las esperas.

Las tareas de inhumaciones en los camposantos se reforzaron con más personal. El Gobierno optó por una estrategia similar con los entierros que está gestionando. Hasta ayer, el encargado de la Fuerza de Tarea, Jorge Wated, informó que 146 compatriotas ya han sido sepultados en terrenos unipersonales. Desde hoy se espera que esa cifra aumente, pues al día se estima que se realicen al menos 100 inhumaciones.

De esta forma, se quiere agilizar la sepultura de más de 500 personas que están en el programa de entierro digno. Según Wated este servicio se encarga de gestionar, de forma gratuita, un espacio en dos cementerios de la ciudad.

Los camposantos son parte de Parques de la Paz y están ubicados en los sectores de Pascuales y La Aurora. Las familias de las víctimas pueden conocer el lugar donde reposan los restos de sus seres queridos a través del sitio Coronavirus Ecuador. Allí las familias deben colocar el número de cédula o el nombre del familiar y tendrán los datos de ubicación de la tumba.

Los servicios estatales no incluyen la formolización de los cadáveres. Así lo explicó ayer Wated en RTS y añadió que el Ministerio de Salud Pública (MSP) estableció que este proceso no es necesario. Lo que sí informó fue que los sepelios se realizan con ataúdes de cartón y en tumbas de gran profundidad. Además, garantizó que se toman “todas las medidas de seguridad” para evitar posibles afectaciones en el futuro.

Para René Cueva, experto en Medicina Forense, los procesos de sepultura durante la emergencia deben ser más rigurosos, en especial para casos de covid-19. Lo más recomendable es la cremación del cuerpo, dijo. Pero entiende que por la poca capacidad de los hornos crematorios en Guayaquil, el MSP cambió el protocolo.

Por eso, se deben enterrar a una profundidad de entre tres y cinco metros. Otra observación que realiza es que los procesos de formolización sí son necesarios en estos casos, para evitar la proliferación de bacterias en el medioambiente. En especial en lugares con terrenos húmedos o fangosos.

Dos hombres con mascarillas pasan al lado de una camioneta que tiene un ataúd, afuera del hospital Teodoro Maldonado, en el sur de Guayaquil. Foto: AFP

Los procesos que se usan en los entierros generan temores en los moradores de Monte Sinaí. Los vecinos de este sector del noroeste de Guayaquil están molestos por el anuncio de la alcaldesa Cynthia Viteri sobre la creación de un cementerio en esta populosa zona.

Por dos días consecutivos, los vecinos han tratado de impedir que la maquinaria pesada del Municipio empiece las labores. Ayer este Diario se comunicó con una moradora que habita 15 años en el sitio. “Aquí hay fuentes de agua natural, nosotros no tenemos alcantarillado”, dijo. En la llamada se escuchaban otras voces de vecinos rechazando la obra. “No es posible que nos pongan un cementerio cerca de nuestras casas” y “tenemos miedo de contagiarnos” eran parte de las quejas que repetían ayer los habitantes.

Mientras tanto, en el cementerio Ángela María Canals, ubicado en el Suburbio, el Cabildo ya empezó la ampliación. Además, gestiona la creación de otros dos camposantos en otros sectores de la urbe, con capacidad para 12 000 tumbas.

El ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, informó ayer que destituyó a un funcionario del Hospital del Guasmo porque cobraba a las familias de las víctimas por entregarles los cuerpos. El Ministro exhortó a la ciudadanía a que denuncie estos hechos.

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