Niño accidentado en coche de madera está en cuidados intensivos

Los padres del pequeño, María José Recalde y Steven Gaibor, permanecen a la espera de la recuperación. de Mateo. Foto: EL COMERCIO

Los padres del pequeño, María José Recalde y Steven Gaibor, permanecen a la espera de la recuperación. de Mateo. Foto: EL COMERCIO

Los padres del pequeño, María José Recalde y Steven Gaibor, permanecen a la espera de la recuperación. de Mateo. Foto: EL COMERCIO

Mateo Gaibor, el niño de 13 años que sufrió un accidente en la final de la Carrera de Coches de Madera “Jorge Aguilar Veintimilla”, se encuentra en la unidad de cuidados intensivos de un hospital del norte de Quito. Su pronóstico es grave.

El accidente del pequeño ocurrió la mañana del sábado, 1 de diciembre del 2018, justo cuando se realizaba la final de esta competencia que lleva más de 40 años como uno de los eventos más tradicionales de las fiestas de Quito.

Los padres del pequeño, María José Recalde y Steven Gaibor, permanecen a la espera de la recuperación. Según les informaron los médicos que lo atienden, el niño tiene un trauma craneoencefálico severo que le causó dos coágulos de sangre en su cabeza. Además, tiene una rotura de pómulo y una fractura en la órbita de su ojo, por lo que deben hacerle una reconstrucción.

Su madre comenta que el niño se encuentra, este momento, estable y ellos esperan una evolución favorable. Aunque está medicado para que descanse, “mueve sus manitos y sus pies”. Sin embargo, no se descarta una cirugía, los padres esperan el diagnóstico de los médicos.

Ellos aseguran que Mateo no perdió el control de su bólido. Dicen que el accidente fue provocado, ya que tienen un video del momento del accidente. En la grabación se observa que otro coche de madera choca con el de Mateo Gaibor y, producto del impacto, este pierde pista y se estrella.

Mateo se arrastró unos seis metros, su casco se rompió por la fuerza del impacto y él convulsionó. En ese momento, sus padres lo esperaban en la llegada, querían grabar el momento en que su pequeño cruce la meta; sin embargo, recibieron una llamada avisándoles lo ocurrido. Cuando llegaron al sitio del accidente, su hijo estaba inconsciente.

Con una actitud de ánimo y fe, la madre de Mateo cuenta que su hijo estaba muy emocionado por competir. Era la primera vez que participaba, pero se preparó desde que sus padres le compraron el coche de madera. Ellos lo acompañaban para que practique. Recalde considera que es importante que la competencia “sea limpia y transparente”.

Ese 2018 fue el último que la final de la carrera de coches de madera por fiestas de Quito se realizó desde El Tejar hasta la calle Venezuela, a lo largo de 1 200 metros de la calle Espejo. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Pese al incidente, la familia agradece el apoyo que ha recibido de las autoridades municipales y de los organizadores de la Carrera en este momento duro por el que están pasando; ahora solo esperan que Mateo se recupere y no tenga secuelas.

En el accidente, el pequeño se impactó contra dos adultos mayores que se encontraban viendo la carrera, en la avenida Las Casas. Ellos también fueron trasladados de emergencia. El teniente Mauro Pichucho, del Cuerpo de Bomberos Quito, indicó que la señora presentaba una fractura de pelvis en el momento del accidente.

Marco Aguilar Veintimilla, organizador de la Carrera, asegura que se trata de un inesperado y lamentable accidente del cual “los padres están conscientes”. Asegura que durante los 45 años que tiene la competencia, nunca hubo un accidente de esta magnitud.

Comenta que los pilotos contaron con un seguro médico y que, previo a la largada, se revisa que los participantes cuenten con todas las seguridades del caso, entre ellas que tengan un adecuado casco de motocicleta, de lo contrario no pueden participar.

La tradicional Carrera tuvo tres eliminatorias que fueron parte de la agenda por los 484 años de fundación de Quito. Mateo participó en todas ellas y estaba emocionado porque quedó en segundo lugar en la segunda válida, que fue una carrera nocturna el jueves 29 de noviembre, en la calle Río de Janeiro, en el Centro de la ciudad.

Suplementos digitales