La fiesta en San Juan de Cumbayá no ha sido la única en Quito en la pandemia

El 30 de mayo, la Policía atendió a un ciudadano en estado etílico en el norte de Quito. Foto: cortesía.

El 30 de mayo, la Policía atendió a un ciudadano en estado etílico en el norte de Quito. Foto: cortesía.

El 30 de mayo del 2020, la Policía atendió a un ciudadano en estado etílico en el norte de Quito. Foto: cortesía.

Los destellos de un castillo pirotécnico iluminan las siluetas de los asistentes. Las explosiones de la pólvora, las risas y la música forman parte del festejo por el Día del Padre. Es la noche del sábado y el video de la celebración se divulga por medio de las redes sociales desde Quito.

El hecho ocurrió en San Juan de Cumbayá, uno de los valles de la capital de Ecuador. Los vecinos alertaron al sistema ECU-911 sobre la reunión. Casi a medianoche, policías y agentes metropolitanos obligaron a los asistentes a retirarse del lugar y volver a sus casas.

Pese al toque de queda, el estado de excepción y el riesgo de contagio de covid-19, las reuniones sociales y la ingesta de alcohol en la vía pública no cesan. Según las denuncias que ingresan a la línea del ECU-911, en Guayaquil se ha incrementado el número de fiestas y la presencia de libadores. Eso ocurrió, especialmente, después de que la urbe pasara de semáforo rojo a amarillo.

En Quito y en Cuenca, en cambio, hay menos denuncias por fiestas. Pero los incidentes relacionados con personas en estado etílico se han incrementado.

En la Capital, por fiestas se registraron 147 denuncias en semáforo rojo y 100 en lo que rige el semáforo amarillo. En lo que respecta a libadores en vía pública, 1 615 denuncias en semáforo rojo y 2 536 durante semáforo amarillo. A continuación un registro de los datos entregados por el ECU 911.

“Son personas que se emborrachan y después aparecen dormidas sobre las aceras. Ante cualquier sospecha movilizamos una ambulancia y al personal de socorro. Ese mismo grupo bien podría acudir a una situación que realmente sea de gravedad”, señala Juan Zapata, director del ECU-911.

El 30 de mayo, una patrulla de la Policía atendió una denuncia sobre un ciudadano que llevaba horas tendido sobre el asfalto de la avenida La Gasca, en el norte de la capital.

Los uniformados se acercaron con precaución e intentaron reanimarlo. El rumor de que había un fallecido por covid-19 se esparció por el barrio.

Los uniformados activaron el protocolo para manejar este tipo de casos, pero al cabo de unos minutos el hombre reaccionó, se levantó con dificultad y se alejó poco a poco.

La semana pasada, el alcalde de Quito, Jorge Yunda, alertó de un “incremento en los incidentes” relacionados con celebraciones e ingesta de alcohol. Eso incluye riñas callejeras y violencia intrafamiliar.

Por eso pidió al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) que en la capital se aplicara la ley seca. Dijo que “estas reuniones son un foco de contagio”. La solicitud fue negada.

El estado de excepción extendido por el presidente Lenín Moreno prohíbe cualquier tipo de reunión social mientras dure la emergencia.

La norma rige incluso en cantones con semáforo en verde, como Daule, en Guayas.

El fin de semana, en esa ciudad se organizó una “chiva farrera”. En las imágenes que fueron difundidas en redes se observa cómo, al menos, 40 personas bailan y beben alcohol en un pequeño espacio. Se abrazan y cantan a viva voz.

El vehículo, adornado con luces led, recorrió las calles de Daule mientras llamaba la atención de los moradores con su música a todo volumen.

En la cuenta de Twitter de la Alcaldía de ese cantón se publicó un comunicado sobre lo sucedido y se exigió a la ciudadanía acatar las medidas de restricción. “Las autoridades competentes tienen todo el deber de castigar de forma rigurosa a los infractores; pedimos a los dauleños que sigan denunciando al ECU-911 a quienes atentan contra la vida en tiempos de pandemia”.

En Cuenca también hubo incidentes el fin de semana por fiestas clandestinas. La Intendencia de la Policía y las Fuerzas Armadas irrumpieron en dos canchas de vóley, en donde se celebraba el Día del Padre.

“47 libadores fueron retirados; se impartieron 11 citaciones por no llevar mascarilla, 21 multas por infracciones de tránsito y 11 vehículos fueron retenidos por haber violado la restricción de circulación”, informó la Intendencia.

Las regulaciones del COE para todo el país es que se mantenga el distanciamiento y que no se realicen reuniones sociales. En caso de violar las resoluciones dispuestas por la autoridad, los policías pueden detener a las personas por incumplimiento de orden legítima de autoridad competente.

Durante el toque de queda también se han detectado a conductores que manejan en estado etílico. En mayo, la Empresa Metropolitana de Aseo de Quito informó que uno de sus trabajadores, que recolectaba la basura, fue arrollado por una persona ebria.

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