En las bodegas del tren, en Riobamba, quedan residuos de los fierros chatarrizados. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Una maqueta de la locomotora a vapor, que hasta hace 40 años pasaba a diario por Chunchi, se exhibe en un improvisado museo instalado en la vieja Estación del Tren de ese cantón, situado al sur de Chimborazo.
También hay fotografías y otros objetos antiguos que son el único recuerdo que conservan los habitantes de ese poblado de su pasado ferroviario.
En agosto del año pasado, la gente vio cómo cinco hombres se llevaban los rieles de la línea férrea y otros objetos metálicos que le pertenecían a Ferrocarriles del Ecuador. Ellos no tenían uniformes ni acreditaciones, pero dijeron estar autorizados para levantar los fierros de la vía.
“Llegaron en carros gigantes y empezaron a llevarse los fierros que estaban arrimados y también, con maquinaria, levantaron los rieles de la tierra. No pudimos hacer nada para evitarlo, porque no estábamos organizados, pero ahora queremos que nos devuelvan”, dice Maribel Berrones, presidenta de Patrimonio Ferroviario Chunchi. Este es un colectivo que se formó a raíz de la desaparición de los rieles.
Según Cristian Tamayo, gerente de la filial sur de Ferrocarriles del Ecuador, la vía férrea no formó parte del programa de chatarrización. La empresa pública realizó un concurso para vender la chatarra que permanecía acumulada en bodegas y ramales del tren, y así obtener ingresos económicos. El proceso se inició en agosto de 2018 y terminó en febrero de 2019.
“El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y la gerencia de empresas públicas nos autorizaron desechar 58 ítems que no incluían los rieles de la vía férrea. Ya pusimos una denuncia por el robo de estos objetos en la Fiscalía”, afirma.
La vía férrea desapareció en el tramo Chunchi – El Tambo. Según Tamayo, aún no han cuantificado los kilómetros perdidos debido a que eso lo hará un perito, pero los pobladores estiman que son 35 kilómetros de rieles. En algunas comunidades como Puente Rojo, los rieles levantados de la tierra se quedaron a un costado del camino.
Un museo con recuerdos familiares se instaló en la Estación del tren en Chunchi. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Los objetos que sí fueron aprobados para venderse como chatarra fueron eclisas, soportes de traslado, plataformas, cruzamientos, entre otros. Este Diario solicitó a Ferrocarriles del Ecuador información sobre el monto que recibieron por la venta de los fierros y la cantidad de toneladas vendidas como chatarra, pero hasta el cierre de la edición no se obtuvo una respuesta.
Los pobladores de Chunchi pugnan por el regreso de su patrimonio. Antaño, la economía de ese cantón, y la de todos los pueblos cercanos a la línea férrea, dependía del tren. Los vagones siempre estaban llenos de productos de la Costa. “Nosotros comprábamos y enviábamos cereales y otros productos de la Sierra”, recuerda Pedro Urgilez, de 71 años.
Para instalar el pequeño museo que recuerda la historia del Ferrocarril en Chunchi, cada familia aportó con recuerdos personales como fotografías, cartas, postales y decoraciones antiguas. Entraron a la fuerza a la Estación. Estaba llena de basura y escombros, pero lo convirtieron en un espacio comunitario para recordar “nuestra identidad y nuestro pasado”, dice Berrones.
En El Tambo (Azogues), los rieles no han sido retirados. Siguen en el mismo trazado de tres kilómetros por donde el tren llegaba a ese cantón de Cañar. En noviembre, los hombres empezaron a retirar los rieles. Dijeron a la gente y a las autoridades que habían sido vendidas como chatarra, pero los habitantes se opusieron.
La locomotora permanece abandonada en la plaza de La Estación desde agosto del 2015, cuando Ferrocarriles del Ecuador dejó de trasladar turistas entre El Tambo y el Complejo Arqueológico de Coyoctor, por una falla geológica
La falla geológica está parcialmente controlada con la construcción de una alcantarilla que recibe las aguas subterráneas. Según el alcalde Álex Arce, el autoferro no entrará en chatarrización porque es parte de la identidad arqueológica cañari.