Elena Paucar
Desde Guatemala
La tierra del maíz amarillo, del maíz rojo, del maíz blanco… La cuna de la cultura maya, Guatemala, es la sede de la V Feria de Innovación Social que organiza la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y la fundación W. K. Kellogg.
La mañana de hoy, el día k’ad –o día de la interconexión para los mayas- se realizó la inauguración en la Universidad de San Carlos, en la ciudad de Guatemala.
Bajo la sombra de un inup, (árbol de ceiba, típico del país) Pedro Ochoy dirigió una ceremonia maya en idioma quiché. El colorido de su güipil, un traje autóctono, cautivó a los visitantes internacionales.
Ese colorido también llena la Plaza de los Mártires, donde se exponen los 13 proyectos que participan este año en el concurso Experiencias en Innovación Social. Programas de alfabetización, de salud rural y de emprendimiento comunitario son algunas de las iniciativas que reflejan la realidad social desde México hasta la Patagonia.
“El propósito es hacer una réplica creativa de esos proyectos en otras zonas de Latinoamérica y el Caribe”, dijo Martín Hopenhayn, director de la división de Desarrollo Social de la Cepal.
Esa meta además está enfocada en disminuir los índices de pobreza en la región. Según estudios de la Cepal, en 2008 se registraron 184 millones de personas que viven en la pobreza y 71 millones que viven en extrema pobreza.
“El impacto de la crisis probablemente va a acrecentar este contingente, más aún en países que por la fuerte incidencia de las remesas se encuentran más permeables a los impactos de los shocks externos”.
De ahí que se buscan alternativas que sean sostenibles en el tiempo, que surjan desde la comunidad y que se puedan proyectar como políticas públicas. El encuentro de Experiencias en Innovación se realiza desde 2004. Solo este año se receptaron cerca de 1 800 proyectos.
Entre los seleccionados está el programa ‘Cuenta quien cuente’, un plan de alfabetización enfocado en las comunidades vulnerables de Paysandú, Uruguay.
En la línea educativa también participa el programa de Abuelas Cuentacuentos, de Argentina, cuyo objetivo es promover la lectura desde la infancia. Mientas que la deserción y la baja escolarización en las zonas rurales del altiplano peruano motivaron el proyecto ‘Familias Andinas Educadoras’.
El tema ambiental tiene su espacio en la feria. Brasil participa con un plan de Convivencia con la realidad semi-árida, basado en el aprovechamiento de las aguas lluvias a través de la construcción de pozos.
Mientras que en la provincia de Mendoza (Argentina) se concientiza a la comunidad para disminuir la contaminación de ríos por medio de un programa de defensoría del agua y de los derechos humanos.
El sistema de adopción es el punto central de ‘Àngel de la guarda’, una iniciativa brasileña que incentiva el apadrinamiento de niños y niñas mayores de 5 años.
El trabajo de los recicladores urbanos de residuos de Paraná, Argentina, motivó un plan de inserción socio-laboral. En tanto que en Chile, el reciclaje da una esperanza rehabilitación a las personas con algún tipo de discapacidad.
Un banco de créditos desde la universidad es la estrategia que muestra la facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Algo similar se desarrolla en Perú, a través de una cadena productiva que apoya a las comunas ganaderas en las provincias de Huancané y Azángaro.
En México, los alimentos nostálgicos convierten a las mujeres de Oaxaca en empresarias de un producto de exportación.
Mientras que en la ciudad de Maringá (Brasil) la corrupción y los desvíos de recursos estatales impulsaron la creación de un Observatorio Público desde la comunidad.
Y en el salud rural, los cafetales del cantón de Coto Brus, en Costa Rica, son el sitio de trabajo de un plan de salud comunitaria para la población indígena que ingresa desde Panamá en busca de trabajo.
La Feria será hasta el viernes, cuando se conocerá a los cinco ganadores de este año.