En Ibarra, las fritadas de cajón fue seleccionado como uno de los platos tradicionales de la urbe. Foto: José Luis Rosales / EL COMERCIO
La fritada, el hornado, las tortillas de papa (llapingachos), el cuy asado… son parte del menú de la feria gastronómica Saberes y Sabores, que se realiza en la ciudad de Ibarra, en el norte de Ecuador, hasta este lunes, 28 de septiembre.
La muestra de platillos también incluye a postres como el helado de paila, uno de los más emblemáticos de la capital de la provincia de Imbabura.
Unos 40 emprendimientos, que acrecientan la tradición culinaria ibarreña, participan en la exposición instalada en el parque Ciudad Blanca. Este domingo, durante la mañana, decenas de comensales visitaron el improvisadopatio de comidas, que está instalado bajo una carpa grande.
Hugo Benalcázar, chef de la Escuela de Gastronomía GTH, explicó que para esta segunda edición buscaron dar un aporte a la ciudad con el denominado proyecto: El Sabor de los Ibarreños.
El objetivo fue seleccionar el platillo más representantivo de la urbe. Previamente, efectuaron reuniones con académicos, con personas que aún conservan recetas populares y propietarios de varias ‘huecas’.
En el país, el proyecto Patrimonio Alimentario, que impulsó el Ministerio de Cultura y Patrimonio, identificó a 1 400 sitios gastronómicos con identidad cultural. En Ibarra hay 65.
La tarea del Sabor de los Ibarreños no es rescatar algún plato que ya se elabora, sino dar más valor a los que posee la ciudad, explica Benalcázar.
Para eso, el 15 y 16 de septiembre buscaron ayuda en paladares más exigentes para seleccionar el plato principal. A través de una especie de encuesta se consultó 1 400 comensales de los patios de comida de dos centros comerciales de la ciudad.
La mayoría escogió como el más popular a las denominadas fritadas de cajón. Según el historiador Juan Carlos Morales, esta deliciosa fritada, que va acompañada de papas y maís tostado, empezó a ser vendido por mujeres indígenas, que migraron hace más de medio siglo desde la comunidad de Quinchuquí, en Otavalo.
La elaboración de esta fritada, que se colocan es una especie de urna de madera y vidrio, para que el producto permanezca caliente, actualmente lo siguen ofreciendo dos familias de imbayas, como se autodefinen los descendientes de los otavaleños nacidos en Ibarra.
El segundo plato más votado fue el hornado ibarreño. Benalcázar explica que este guiso de cerdo, a diferencia del resto del país, se sirve con mote amarillo (maíz cosido), un encurtido más fino y menos sal.
Otro deleite que pueden degustar los visitantes son las tortillas de papa con huevo y chorizo. Una buena parte de los imbayas también ofrecen este exquisito bocadillo.
El Municipio local reconocerá a estos emprendimientos por su aporte a la identidad culinaria de la urbe. Morales asegura que ahora Ibarra es una ciudad de diversidades y aportes, que van desde afrodescendientes a migrantes colombianos.