El féretro de Edison Cosíos fue cobijado con el amarillo y azul del Mejía

Edison Cosíos murió este martes 16 de abril del 2019. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Edison Cosíos murió este martes 16 de abril del 2019. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Edison Cosíos murió este martes 16 de abril del 2019. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Es aquel guardián que lo cuidaba en la tierra y ahora lo hará desde el cielo. Eso siente Julio Velásquez al recordar a Edison Cosíos, su primo, exestudiante del Instituto Nacional Mejía que falleció este martes 16 de abril del 2019, a los 24 años, luego de 91 meses en estado vegetativo.

Julio es un año menor a Edison y también estudiaba en el tradicional plantel capitalino. Juntos iban a clases y entre los dos se cuidaban. Todas las mañanas –recuerda– salían desde su casa ubicada en La Argelia, en el sur, para sus clases en el Mejía, en el Centro Histórico.

Allí estudiaban con anhelo e incluso Edison se perfilaba como un dirigente estudiantil. Julio recuerda aquel día de septiembre del 2011. Antes de ir a clases, Edison le hizo un pedido a su primo: “no te quedes (a las protestas en contra del Bachillerato General Unificado, BGU). Mejor anda a la casa pronto y estudia mucho”.

Así lo hizo y, no pensó que esa sería una especie de despedida. Su tarde transcurría con normalidad hasta que una llamada de su madre lo intranquilizó. Le daba la noticia de que Edison había sido impactado por una bomba lacrimógena, que afectó el 65% de su cerebro; quedó en estado vegetativo. “Nuestro mundo se vino abajo", recordó.


Edison
siempre tuvo un espíritu protector y era ese amigo alegre y decidido. En el velorio se le hizo difícil recordar cuántas anécdotas han vivido juntos. “Son muchas”. Cuando eran pequeños, por ejemplo, tomaban cartones y se deslizaban cuesta abajo en el parque. “Nosotros éramos familia de sangre y el lazo se hizo más grande por ser ambos del Mejía”.

Ese lazo amarillo y azul –colores de la bandera del colegio– envuelve de por vida a los 'Mejías'. Este martes 16 de abril del 2019, cerca de las 12:00, llegó el féretro con el cuerpo de Edison al parquesanto Jardines Santa Rosa, en el sur de Quito. Su primo Julio lo cobijó con la bandera de la institución. Así permanecerá hasta el sepelio, que será mañana.

Posteriormente, sus compañeros e integrantes de la banda estudiantil llegaron y formaron una calle de honor. Ellos usaron el traje marcial verde oliva, conformado por casco, charreteras, banderolas, bala y cordón. Inmóviles, acompañaron al joven que se volvió un referente de lucha y liderazgo. Lo señala Daniel Sánchez, presidente de la Sociedad de Egresados del Mejía.

El dirigente sostuvo que Edison es sinónimo de lucha y de libertad. Esos son los valores que se adquieren desde que se ingresa al Mejía. “En nuestro corazón hay una semilla de libertad e independencia que nos han dejado el ejemplo de Eloy Alfaro y José Mejía Lequerica. Luchamos por la igualdad y la fraternidad. (El colegio) Es nuestra casa”.

Una visión similar tiene Iván Ruiz González, vicepresidente de la Sociedad de Egresados del plantel. Iván también fue dirigente en el Mejía. Él conocía a Edison, aunque no compartían la misma ideología política. Dos semanas antes de las manifestaciones recibió un mensaje. Era Edison, quien pedía consejos para empezar su campaña presidencial. Lo ayudó y acordaron una cita, que no se concretó por los hechos ocurridos.

“Era un líder innato, que cuidaba a sus amigos cuando salían a manifestaciones”.

Sus compañeros de curso -cuenta Iván- acudían a la casa de Edison. Le contaban historias, cantaban canciones y el himno del colegio e, incluso, le visitaban en su cumpleaños o Navidad. "Somos una familia unida y él reaccionaba a esas muestras de cariño".

En el Colegio Mejía, las banderas de color amarillo y azul cayeron. Lucieron a media asta como un símbolo para despedir a su compañero Edison. Él no terminó el bachillerato en el Mejía, por lo que la Sociedad de Egresados empezó con el trámite para que le declaren egresado del colegio que tanto amó.

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