El Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona con prisión de 22 a 26 años este delito. Por agravantes puede llegar hasta 34 años y 8 meses. Foto: Elena Paucar / EL COMERCIO
A Guadalupe Garzón le falta una mitad desde el 10 de junio del 2018. Ese domingo sintió un deseo inusual por visitar a su hermana Judith; ese día ella fue asesinada en su casa, en el centro de Guayaquil.
Ricardo L. F., integrante de una de las ramas de las Fuerzas Armadas, le disparó a su pareja, Judith. La hija de ambos, de apenas 3 años, vio el crimen y fue quien avisó a su abuela materna lo que había ocurrido.
“Usó el arma de la institución; le disparó y huyó a la casa de su mamá, también en una camioneta de la institución. Mi hermana murió poco después, en un hospital”, cuenta Guadalupe. En una camiseta lleva grabado el rostro de Judith.
Este martes 10 de julio del 2018 se cerró la instrucción fiscal por femicidio. César Peña, fiscal de Personas y Garantías, explicó que ya solicitó la fecha para la audiencia en la que presentará el dictamen acusatorio. “La pericia balística indica que la vaina percutida, la bala que consta en el informe de autopsia y el arma tienen correlación”.
El Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona con prisión de 22 a 26 años este delito. Por agravantes puede llegar hasta 34 años y 8 meses.
Entre las evidencias por el caso de Judith, su familia anexó un diario que hallaron en su habitación. En cada página descubrieron los años de agresión que la joven de 33 años vivió en silencio.
“En una de las páginas contó cómo él negó a la niña. No quería mujeres, solo varones y le pidió que abortara. También escribió que se sentía sola porque él prefería pasar con sus amigos. Le pegaba, la maltrataba, no le daba para la comida… Pese a todo ella lo quería”, dice Guadalupe, con voz entrecortada.
La abogada Yolanda Vera asesora a la familia y pide un aumento de defensores públicos a favor de las víctimas. “Los agresores tienen defensa y las mujeres no (…). Ya no queremos más mujeres muertas, porque detrás de ellas está del drama de los niños huérfanos”. Judith dejó cuatro hijos que ahora son criados por su madre.
Vera es parte de la Asociación de Mujeres Abogadas del Ecuador, que brinda servicio gratuito a mujeres de escasos recursos. En lo que va de este año han atendido 15 casos de femicidio y tentativa de femicidio, solo en Guayas.
Según datos del Ministerio del Interior, este delito de odio contra las mujeres sumaba 38 muertes en el Ecuador, hasta el pasado 1 de julio del 2018. El año pasado, en el mismo periodo, se registraron 62 asesinatos.
Ayer falleció Amada Ruiz, después de ser quemada por su expareja en una zona rural del cantón Daule. En esa misma localidad fue asesinada Vanessa Barzola, delante de uno de sus hijos.
La familia de Judith espera ahora la audiencia de dictamen fiscal para que el caso avance. El día del asesinato Ricardo L. F. fue detenido por una multitud, que lanzó piedras y objetos a la camioneta en la intentaba huir. En casa, Guadalupe ahora solo se consuela con las fotografías de su melliza.