En la foto, Fausto Trávez, arzobispo de Quito, durante una entrevista para diario EL COMERCIO. Foto: EL COMERCIO
Los obispos del país acordaron que todos los días mantendrán una oración especial. Ellos piden la liberación del equipo periodístico de este Diario que fue secuestrado en Mataje, en Esmeraldas.
¿Cuál es la respuesta a la violencia, sobre todo la que experimentan los habitantes de la frontera?
La respuesta es la paz. Esta es una oportunidad para decirles que sentimos mucho dolor por lo que atraviesan. Nunca nos imaginamos que la violencia iba a llegar al país.
¿Cuál es el trabajo que ha hecho la iglesia?
Estamos orando en todas las misas. No echamos la culpa a nadie, pero sí pedimos la liberación de los periodistas.
¿Han hablado entre los líderes de la Iglesia sobre la situación de las poblaciones fronterizas?
En ese tema no puedo dar información. Pero lo que sí puedo decir es que todos (los obispos del país) estamos de acuerdo en orar con mucha fuerza, con mucho amor.
¿Recuerda si alguna vez el país tuvo estos niveles de violencia?
No, de lo que yo recuerdo. Hemos conversado entre algunos sacerdotes y hemos coincidido en que esto nunca había ocurrido antes.
¿La Arquidiócesis de Quito puede ayudar en la liberación de los tres compañeros?
Simplemente nos ponemos a las órdenes. Si es que nos piden la mediación de la Iglesia estamos prestos para servir y acoger a nuestros hermanos que están sufriendo lo que sufrió Cristo, cuando fue injustamente apresado.
¿Antes han intervenido en casos de secuestro?
No, pero podemos ser un canal de ayuda.
¿Cómo puede aportar la Iglesia para que esta situación se solucione?
Oramos para que este dolor y esta angustia terminen.
¿A los periodistas y al conductor secuestrado, qué mensaje les envía?
Que no pierdan el optimismo. Que no olviden que Dios es bueno, que Él los cuida.