Fausto Miranda es director de la AMT. Foto: Eduardo Terán/EL COMERCIO
Hoy, 6 de septiembre de 2017, finaliza el plazo que dio el alcalde, Mauricio Rodas, para que los transportistas mejoren los índices de calidad de servicio, lo que permitirá efectivizar una posible alza de la tarifa del transporte público en el Distrito, una vez que los choferes ya no reciben las compensaciones desde el 30 de junio pasado.
Un problema identificado es que durante los controles, cuando hay agentes uniformados, los choferes actuaban de una forma diferente. Ante esto, el director la Agencia Metropolitana de Transporte (AMT), Fausto Miranda, anunció que desde la semana pasada se están realizando controles con agentes vestidos de civiles.
¿Qué se controla en el servicio de los buses?
Verificamos que el conductor tenga la licencia, que el bus tenga la matrícula. Con un profundímetro medimos el estado de las llantas, hacemos una revisión visual de la carrocería, del estado de luces y plumas y controlamos la frecuencia con que tienen que salir las unidades. También hacemos operativos en la vía, que son de velocidad: ahora tenemos dos radares homologados. También hacemos control de las paradas y de que vayan con las puertas cerradas. En los últimos días, hemos puesto a un grupo de agentes fiscalizadores que van vestidos de civil.
Esta era una de las críticas al sistema, porque los choferes al ver uniformados forzaban la situación.
Puede ser que se diera eso. Esto fue en el plan de fortalecimiento del transporte público que terminó en junio. Ahora lo hemos modificado, ya con la experiencia, y tenemos personal de civil que está en las unidades. El señor toma el bus, paga el pasaje, lo acompaña algunos kilómetros, unos 15 minutos, y se baja. Esto no lo podíamos compartir públicamente, porque era un sistema sorpresa, si no los
transportistas se hubieran dado cuenta. Ya se acaba el plazo y daremos las cifras al final de la semana al Alcalde, y se va a evidenciar el trato al usuario.
¿Desde cuándo utilizan esta modalidad?
Desde la semana anterior. Vamos a tener una evaluación de 10 días con este sistema de agentes encubiertos. Los choferes no se dan cuenta, el agente se sube y va a notando el comportamiento del conductor.
¿Y ya tiene los resultados con esta metodología?
Aún no. Lo que tenemos es la evaluación desde que se inició el plan hasta la fecha: tenemos 770 infracciones cometidas por los choferes. Las infracciones más recurrentes son que no se respetan las paradas y que los buses van con las puertas abiertas.
¿Cómo ha sido el control en este mes de prueba?
Hemos intensificado el trabajo. Tenemos un mayor número de personal para cubrir en un solo mes las 2 400 unidades. A veces, una misma unidad ha sido fiscalizada tres y cuatro veces.
Y, ¿cuál es el balance previo de este mes?
En números generales, se siguen cometiendo infracciones. Ahora, lo que vamos a hacer es un filtro para decir cuál es la operadora que más infracciones comete, porque no podemos decir que una operadora comete más infracciones y tenemos que hacer una regla de tres entre las infracciones cometidas y la cantidad de buses con que se cuenta.
¿Cuáles serán las consideraciones que se prevén tomar?
Nosotros vamos a dar las cifras al Secretario de Movilidad y él, con base en esas cifras, será quien recomiende al Alcalde el siguiente paso.
¿Ya tiene alguna visión macro de lo que está sucediendo?, ¿los choferes mejoran o siguen mal?
Puede ser subjetivo: yo subo a un bus y puedo decir que no me atendieron bien porque el conductor no me saluda, lo que sería un mal servicio. Cuando empezamos el proyecto de la compensación al transporte público, en el 2015, hubo 127 siniestros de buses como promedio mensual. En el 2017 tenemos 64, es decir, se ha mejorado notablemente. En fallecimientos por caídas de pasajeros teníamos un promedio mensual de tres en el 2015, y uno en el 2017. Las cifras nos indican que ha habido una mejora, pero siempre va a faltar mucho por hacer.
¿En qué medida se puede mejorar?
Hay cosas que no necesitan inversión, como respetar las paradas, ir con las puertas cerradas, no llevar exceso de pasajeros, que el conductor sea amable… si el controlador tiene que ayudar a un pasajero a subir, que lo haga. Para eso se necesita voluntad.
Su trayectoria
Fausto Miranda es ingeniero en Administración de Empresas. Además, cuenta con un diplomado en Transporte, Sistemas de Movilidad y Seguridad Vial. Está a cargo de la AMT desde el 2015, cuando incorporó a 800 agentes civiles de Tránsito para controlar la movilidad.